Las enfermedades infecciosas constituyen una de las mayores amenazas para la salud pública mundial, muy especialmente para los pacientes con necesidades crónicas de salud, para los que las infecciones conllevan un mayor riesgo de complicaciones, un aumento de las dificultades para su recuperación y una mayor mortalidad. Más aún dado el creciente número de microorganismos resistentes a los antibióticos. Así lo han recordado los expertos participantes en la 15 edición de ‘Desayunos POP’, foro organizado por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) con la colaboración de Pfizer bajo el título ‘Nuevos retos de la salud pública en la gestión de la cronicidad’.

Carina Escobar, presidenta de la POP, considera que “necesitamos estratificar a la población e identificar qué grupos son los más vulnerables para hacer una buena estrategia de promoción y prevención de la salud. Las personas que tenemos el sistema inmune comprometido tenemos la necesidad de que se trabaje de manera conjunta y coordinada. No hay duda de que para este trabajo se debe contar con las asociaciones de pacientes como un agente sanitario y social más”.

Vigilancia

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades infecciosas están directamente relacionadas con seis de las 10 principales amenazas para la salud pública mundial. Tal es así que el objetivo debe ser mejorar la seguridad de los pacientes y la calidad de la atención sanitaria en los países desarrollados. También, obviamente, en nuestro país que, como refiere Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación del Ministerio de Sanidad, “tiene el gran reto de reforzar la salud pública y la vigilancia para dar una mejor respuesta ante las enfermedades infecciosas”.

No en vano, los sistemas públicos de salud tienen como fin estar al servicio de los pacientes. O, en palabras de Andrea García, técnico superior de la Unidad de Coordinación del Plan Nacional frente a la Resistencia de los Antibióticos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), “todo lo que se hace es por y para los pacientes”.

La prevención, además, contribuye a garantizar la sostenibilidad. Julia Inés Quevedo, vocal de la Sociedad Española de Directivos de Primaria (SEDAP), recuerda que “la prevención de infecciones supone un ahorro. Tenemos que apostar por prevenir para evitar enfermedades, y para ello es necesario difundir entre la población información de calidad y establecer programas de concienciación”.

Resistencias

Y por lo que respecta a las resistencias a los antibióticos, ¿cuál es su impacto en la salud pública mundial? Se estima que solo en 2019 fueron responsables de 1,2 millones de muertes o, lo que es lo mismo, 3.500 fallecimientos diarios. Una cifra que según la OMS se elevará hasta los 10 millones en el año 2050.

El doctor Federico García, vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), alerta de que “han cambiado los patrones y ahora nos enfrentamos a nuevas pandemias como las hepatitis de origen desconocido o la resistencia bacteriana. En este sentido, los pacientes crónicos, que tienen el sistema inmune muy comprometido, son más vulnerables a ser contagiados tanto por virus como por bacterias”. Y en este contexto, apunta José Soto, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), “las infecciones asociadas a la actividad sanitaria son una de las cosas que más nos preocupan. Afortunadamente contamos con unidades específicas para abordarlas”.

Ante esta situación, el Ministerio de Sanidad puso en marcha en 2014 el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) para, a través de seis líneas estratégicas –vigilancia, control, prevención, investigación, formación y comunicación–, realizar un abordaje multidisciplinar en salud humana, sanidad animal y medioambiente.

Sin embargo, la población española sigue siendo poco consciente de la magnitud de este problema y, como indica Carina Escobar, “tenemos que buscar la forma de que todo el trabajo que se está haciendo desde Sanidad, la AEMPS y las comunidades autónomas llegue realmente a los ciudadanos. Y la definición, objetivos y desarrollo de las campañas de comunicación referidas tanto al PRAN como a temas de seguridad general deben contar siempre con la participación de las organizaciones de pacientes”.