Tribuna de opinión
¿Qué deben hacer las mujeres para proteger su sistema inmunológico?
Cada persona tiene un sistema inmune distinto, el cual atiende a diversos factores, como la genética y el sexo. Las diferencias hormonales y genéticas entre hombres y mujeres son notables y tienen una estrecha relación con la respuesta inmunológica de cada uno. Los cambios hormonales que sufren las mujeres a lo largo de su vida tienen efectos negativos en la salud de su sistema inmunológico y en su capacidad para combatir enfermedades y patógenos. Esto es a causa de la interconexión y regulación mutua entre los sistemas hormonal e inmunológico.
Muchas hormonas están implicadas en la regulación de la respuesta inflamatoria (por ejemplo, el cortisol, producido por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés, que tiene efectos antiinflamatorios), siendo así una parte crucial del sistema inmunológico. Un desequilibrio hormonal puede afectar la capacidad del cuerpo para regular adecuadamente la inflamación, así como la producción, diferenciación y función de los linfocitos.
Los ciclos hormonales, especialmente los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona durante el ciclo menstrual, pueden afectar la respuesta inmune de las mujeres. Es por ello por lo que, en ciertas fases del ciclo menstrual, las mujeres pueden ser más susceptibles a las infecciones a causa de un desajuste hormonal y bajada de las defensas.
Hay otros dos momentos de la vida de la mujer donde es especialmente importante proteger su sistema inmunológico: el embarazo y la menopausia. Las mujeres embarazadas experimentan cambios hormonales significativos para tolerar el feto mientras que las mujeres con menopausia sufren un cambio importante en los niveles hormonales al disminuir los niveles de estrógeno. En ambos casos, los cambios pueden afectar la función inmune y aumentar el riesgo de enfermedades autoinmunes.
Además del tema hormonal y su repercusión en la respuesta inmunológica, el sistema inmune de las mujeres reacciona con mayor intensidad a la presencia de patógenos, produciendo así una mayor cantidad de anticuerpos, lo cual también puede tener una contrapartida negativa. La hiperactividad del sistema inmune femenino favorece el desarrollo de diversas enfermedades autoinmunes atacando a veces los tejidos que debería defender, como ocurre con la esclerosis múltiple o el lupus. De hecho, el 80% de las personas que sufren enfermedades autoinmunes son mujeres.
Otras de las patologías que generan riesgos en las pacientes cuando tienen un sistema inmunológico inmunodeprimido son: síndrome de Sjogren, hepatitis crónica, hipertiroidismo, tiroides de Hashimoto y esclerodermia, entre otras. Para prevenir estas enfermedades y mantener un sistema inmune fuerte es vital que las mujeres sigan diferentes recomendaciones:
- Seguir una dieta equilibrada: la alimentación es fundamental para tener un sistema inmunológico fuerte. La clave está en elegir alimentos ricos en nutrientes, con muchas vitaminas, minerales y fibra como, por ejemplo, frutas, verduras, granos o cereales integrales, legumbres y frutos secos.
- Consumir suplementos alimenticios: es importante reforzar la salud con el consumo de suplementos naturales que actúen de forma defensiva en el organismo.
- Reducir el consumo de azúcar: consumir demasiado azúcar puede potenciar enfermedades cardiovasculares, respiratorias y digestivas, lo que trae consigo el declive de nuestras defensas.
- Practicar deporte: hacer ejercicios o actividades al aire libre es beneficioso para el sistema inmune, ya que es una de las fuentes de vitamina D es el sol. La vitamina D juega un importante papel en el sistema nervioso, muscular e inmunitario.