La actualización del Plan de Abordaje de Terapias Avanzadas
CRIS Contra el Cáncer pide en el Senado equidad en el acceso a las terapias avanzadas contra el cáncer
En el marco de una jornada parlamentaria que ha reunido a pacientes y médicos investigadores en el Senado, la Fundación CRIS contra el cáncer ha reclamado «voluntad política» para la actualización del Plan de Abordaje de las Terapias Avanzadas -entre las que destaca el tratamiento CAR-T-, así como equidad territorial en el acceso a las mismas. Además, también han pedido una «reducción de la burocracia«, una dotación «adecuada» para innovación e infraestructuras de los hospitales para utilizar estas terapias y la reforma del sistema de aprobación de nuevos tratamientos para el cáncer.
«La Fundación CRIS contra el cáncer ha tenido un papel clave en la aprobación de medicamentos CAR-T en el Sistema Nacional de Salud. Ahora necesitamos que sea una realidad para los 2.000 pacientes de cánceres de sangre que cada año no responden a los tratamientos tradicionales y para los cuales este tipo de terapia es su única esperanza», ha dicho el doctor Joaquín Martínez, jefe de Hemato-oncología y Hemoterapia del Hospital Universitario 12 de Octubre y director científico de la Fundación CRIS contra el cáncer. También ha pedido cesar en la «presión física, emocional y económica» a la que se somete a los pacientes, que se ven obligados a trasladarse de localidad e incluso comunidad autónoma para ser tratados.
Durante el acto, los pacientes han leído un manifiesto dirigido a las autoridades allí presentes, pidiendo «con urgencia» que tomen medidas porque ellos «no tienen tiempo». «Nuestros médicos oncólogos se ven frustrados al tener soluciones que incluso podrían curar a los pacientes y no poder utilizarlas», han apuntado.
Las terapias Car-T: Esperanza para tumores de sangre
En España cada año son diagnosticadas 30.000 personas con tumores hematológicos y solo el 50 por ciento responde a los tratamientos convencionales –quimioterapia, radioterapia y trasplantes–, según la Fundación CRIS Contra el Cáncer. Para alrededor de un 20 por ciento de los pacientes con tumores hematológicos, su única alternativa de supervivencia es recibir los tratamientos celulares CAR-T.
Las primeras aplicaciones de estas terapias -para algunos tipos de linfoma- fueron aprobadas en 2019, pero la aprobación de su uso para nuevos tumores «se estancó», explican desde la Fundación. «Gracias al liderazgo de la Fundación CRIS contra el cáncer se ha logrado que en 2024 se hayan aprobado otras indicaciones, como mieloma múltiple o linfoma folicular. Estas terapias han mostrado mejoras en la supervivencia de entre un 50 por ciento y un 70 por ciento al año en pacientes que no tienen otras opciones», ha dicho.
Las terapias CAR-T están incluidas dentro de los llamados tratamientos personalizados y consisten en modificar los linfocitos T del sistema inmunitario del propio paciente para que detecten y destruyan eficazmente a las células tumorales.
Estas terapias están suponiendo una revolución en el tratamiento de muchos tumores, especialmente de células de sangre. No obstante, la aprobación de nuevas CAR-T o nuevos usos de estas terapias es mucho más lenta que otros países. «Dentro de 10 años solo se utilizarán los CAR-T para estos pacientes porque dan una respuesta muy efectiva. Hay que dotar de recursos a los centros hospitalarios y formar a los profesionales», ha dicho el doctor Martínez.
Asimismo, durante la jornada se ha señalado cómo España está «a la cabeza» en número de ensayos clínicos y, sin embargo, sigue siendo «uno de los países con más retraso en la aprobación de medicamentos oncológicos» con una media de 629 días, frente a los 180 recomendados.
«La inclusión de los medicamentos para el cáncer en el Sistema Nacional de Salud sigue siendo demasiado lenta, lo que afecta directamente a pacientes. Queremos que los logros de la investigación se apliquen con la mayor celeridad. Nuestro objetivo es curar el cáncer», ha señalado Manterola.
La problemática de la financiación y la aplicación
Tal y como recuerdan desde CRIS, la aprobación en el Sistema Nacional de Salud de estas terapias depende del Gobierno, pero la aplicación de los tratamientos depende de cada Comunidad Autónoma, y «actualmente se producen desigualdades». Por ejemplo, por su complejidad, las terapias CAR-T tienen que administrarse en centros concretos autorizados, denominados centros de referencia. «Actualmente, estos centros no están distribuidos de manera homogénea en el territorio español, y muchas provincias que carecen de centros autorizados», aseguran desde la organización. Esto implica que muchos pacientes deben desplazarse para poder ser tratados, «con el coste que supone a nivel de transporte y alojamiento, y el impacto familiar, laboral y social», han agregado.
Por otro lado, advierten de que, en zonas con alta demanda y pocos centros acreditados, puede producirse una «sobrecarga» que genere retrasos en la administración de los tratamientos. Hay que tener en cuenta también que en los centros de referencia se concentran los ensayos clínicos y, por tanto, el acceso a terapias innovadoras y oportunidades adicionales para los pacientes de más riesgo.
Esto genera una desigualdad adicional de acceso a la innovación terapéutica según la región de la que uno sea. Aunque el Sistema Nacional de Salud sufraga el coste de las terapias CAR-T, las diferencias presupuestarias entre diferentes regiones pueden afectar al acceso y, en consecuencia, a la equidad entre territorios.
Estos tratamientos requieren unas infraestructuras muy precisas, además de un personal con formación muy específica. Según CRIS Contra el Cáncer, en regiones con menos recursos puede haber más dificultades para contratar y formar al personal, o desarrollar, mantener y mejorar las infraestructuras imprescindibles para estas terapias y, por tanto, puede derivar en retrasos importantes en la aplicación de estos tratamientos. Finalmente, los procedimientos para valorar y autorizar el uso de estos tratamientos varían por comunidades, y pueden generar diferencias en el acceso entre diferentes regiones.