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Un grupo de especialistas, en su mayoría de Barcelona, están investigando el trasplante de pulmones biofabricados en humanos, algo que podría materializarse en un plazo mínimo de diez años y que daría solución a la previsible disminución de posibles donantes.
Así lo ha explicado hoy el catedrático de la Universidad de Barcelona Ramón Farré, quien ha sido invitado a Cáceres para compartir el enfoque experimental de su investigación con una sobre hipoxia intermitente -déficit de oxígeno en la sangre- desarrollada por facultativos del Hospital San Pedro de Alcántara de esta última ciudad.
En rueda de prensa, Farré ha indicado que se trata de un proyecto que se encuentra en fase experimental, cuyos resultados no se obtendrán en dos o tres años sino a largo plazo, y que ha despertado «un gran interés internacional por su potencialidad de aplicación en el futuro».
En concreto, consiste en eliminar las células del pulmón sin perjudicar el «andamiaje» o estructura externa del mismo e incorporar nuevas células para su regeneración que en principio serían células madre del propio paciente para evitar el rechazo.
El mayor envejecimiento de la población provocará un aumento del número de personas susceptibles de necesitar un trasplante pero a la vez habrá menos posibles donantes por el descenso del índice de mortalidad debido a la mejora de las condiciones laborales y de tráfico, según ha explicado.
A ello se suma el hecho de las dificultades propias del trasplante pulmonar, con una tasa de supervivencia a cinco años del 50 por ciento, a consecuencia de las características de este órgano, particularmente sensible y de la incompatibilidad de los donantes, ha agregado.
En este sentido, el trasplante de pulmones biofabricados constituye una «importante alternativa» que incluso, según el catedrático, podría hacerse «a la carta» y regenerar tan solo la parte dañada del pulmón o realizar un trasplante unilateral.
Si bien parece un proyecto de «ciencia ficción», lo cierto es que a nivel experimental se han conseguido «algunos pequeños éxitos» como la supervivencia durante dos horas de una rata a la que se había practicado este tipo de trasplante, ha añadido.
Por el momento, se están realizando pruebas clínicas en roedores y también con pulmones humanos descelularizados, pero habrá que esperar un período mínimo de diez años para que este tratamiento pueda llevarse a cabo con éxito en las personas.
El proceso atraviesa dos fases: una primera de descelularización sin dañar la matriz celular, que equivale al «andamio» o estructura externa del pulmón; y una segunda de recelularización de todas las partes del sistema, entre ellas los bronquios o alveolos.
Farré ha destacado que hay «muchas expectativas científicas» creadas en torno a esta investigación pero que «queda mucho trabajo por hacer» ya que el pulmón tiene «una estructura particularmente complicada y además microscópica».