NOTA DE PRENSA DE FIAPAS
En 1957, en Francia, se realizó el primer implante coclear en el mundo y en 1985, se operaba el primer implante en España. El beneficio que proporcionó para el tratamiento de la sordera profunda hizo que se incluyera dentro de la Cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y se regulara dentro de la Cartera común básica de implantes quirúrgicos. Asimismo, con motivo de diferentes actualizaciones, y con objeto de ofrecer mayor seguridad jurídica a sus usuarios, se han ido incorporando de forma explícita tres de sus componentes externos (procesador externo, micrófono y antena) y, desde hace dos años, la implantación bilateral, en niños y adultos.
El implante coclear ha supuesto un antes y un después en el tratamiento de la sordera profunda y, también en la actualidad, de sordera severa, en algunos casos. Cuando la sordera está presente desde el nacimiento, hoy en día, gracias a la detección precoz de la sordera infantil, se puede colocar un implante coclear en edades tempranas. Acompañada de una adecuada intervención logopédica, la implantación precoz permite aprovechar los años de mayor plasticidad cerebral para acceder a la información auditiva y estimular el lenguaje oral y los aprendizajes que de él se derivan.
Si analizamos los resultados alcanzados en función de la relación-coste efectividad de los implantes cocleares en niños, la implantación coclear proporciona un ahorro neto a la sociedad, dado que los beneficios en cuanto a la comunicación, conocimiento y superación de barreras se traducen, en última instancia, en una alta rentabilidad tangible en la mayor autonomía e inclusión de las personas sordas.
No obstante, como venimos demandando desde hace tiempo desde FIAPAS, es necesario resolver la situación actual de la prestación sanitaria en relación con las prótesis auditivas, incluidos los implantes, actualizarla y completarla, aliviando el sobrecoste que implica para las personas sordas y para sus familias acceder a las mismas, mantenerlas y renovarlas.