Este segundo postoperatorio no iba a pasar sin contratiempos y alguna que otra visita hubo que hacer al hospital. Incluso se hizo necesario cambiar los apósitos, cosa menos fácil cuando la mano está posicionada de forma estratégica. Algo tan simple se convirtió en una delicada acción y obligó a que la férula se quedara una semana más.

Entre tanto, y cuando ya pasaron las molestias iniciales, Martina se incorporó a su guardería. Al igual que en el primer postoperatorio, todos necesitábamos recuperar nuestra rutina. Durante estos días nuestra pequeña no dejaba de sorprendernos mostrándonos día tras día cómo se las ingeniaba para realizar acciones propias de su edad. También nos sorprendía y mucho que nunca se quejara de ese yeso y ese vendaje. (más…)