El Síndrome de Sjögren es una enfermedad autoinmune, porque el sistema inmunitario del cuerpo, encargado de defenderle de las agresiones externas, reacciona, por causas desconocidas, contra su propio organismo; y sistémica, porque la enfermedad puede afectar a cualquier órgano del cuerpo y producir una gran variedad de síntomas. Es una enfermedad crónica de progresión muy lenta en el tiempo. Por esta causa, puede haber un período de hasta diez años entre el comienzo de los síntomas y el diagnóstico de la enfermedad. Aunque puede aparecer en todas las edades y en ambos sexos, el síndrome de Sjögren es la enfermedad autoinmune sistémica que más afecta a mujeres, en una proporción que llega a ser de hasta 15 mujeres por cada hombre, y es más frecuente en mujeres mayores de 40 años. La complicación médica más grave del Síndrome de Sjögren es el mayor riesgo para desarrollar cáncer hematológico (linfoma), que se ha calculado que podría ser de 10 a 30 veces mayor que en el resto de la población general.