Un nuevo estudio liderado por el equipo del Sarver Heart Center de la Universidad de Arizona revela que un subgrupo de pacientes con dispositivos de asistencia ventricular, conocidos como corazones artificiales, es capaz de regenerar músculo cardíaco. Este descubrimiento abre un horizonte esperanzador en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, una afección que afecta a 14 millones de personas en Europa y que representa una causa importante de mortalidad.

La investigación, publicada en la revista Circulation, muestra que los corazones artificiales no sólo actúan como un soporte vital para bombear sangre, sino que también crean condiciones que permiten al músculo cardíaco regenerarse. Según el estudio, los pacientes con estos dispositivos regeneran células musculares seis veces más rápido que quienes tienen corazones sanos. «Es la prueba más sólida que hemos obtenido hasta ahora de que el músculo cardíaco humano puede regenerarse», afirmó Hesham Sadek, jefe de la División de Cardiología en el Departamento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Arizona-Tucson (EEUU).

Este hallazgo cambia el paradigma sobre la supuesta incapacidad del corazón para repararse tras un daño. Sadek y su equipo sugieren que la clave radica en el «reposo» que los corazones artificiales proporcionan al músculo cardíaco, similar al descanso necesario para la recuperación de una lesión en músculos esqueléticos.

Un proyecto internacional y multidisciplinario

El estudio contó con la colaboración de investigadores de Estados Unidos, Suecia y Alemania, financiado por la Fundación Leducq. El equipo sueco-alemán, liderado por Jonas Frisén y Olaf Bergmann del Instituto Karolinska, aplicó un innovador método de datación por carbono para identificar células cardíacas recién generadas en muestras de pacientes con corazones artificiales.

Por su parte, el doctor Stavros Drakos, de la Universidad de Utah, proporcionó el tejido necesario para el análisis. Drakos ha sido pionero en el uso de dispositivos de asistencia ventricular para facilitar la recuperación del corazón, lo que contribuyó a la investigación.

Perspectivas para el futuro

Aunque el descubrimiento es alentador, solo el 25 % de los pacientes con corazones artificiales experimenta regeneración muscular significativa. El próximo objetivo del equipo es entender por qué solo una minoría de pacientes responde favorablemente al dispositivo y explorar cómo estimular este proceso en un mayor número de personas.

Sadek planea investigar las vías moleculares involucradas en la división celular del músculo cardíaco, buscando maneras de optimizar la capacidad regenerativa del corazón. Este enfoque podría llevar, eventualmente, a nuevas terapias que permitan tratar, o incluso curar, la insuficiencia cardíaca sin necesidad de trasplantes.

Actualmente, no existe cura para la insuficiencia cardíaca. Los tratamientos disponibles, principalmente basados en medicamentos, se limitan a ralentizar su progresión. Para los casos más graves, las opciones son el trasplante cardíaco o el uso de corazones artificiales, dispositivos que han salvado innumerables vidas.