Los niños y adolescentes que ven muchas películas en las que se muestran bebidas alcohólicas tienen mayor riesgo, hasta el doble, de iniciarse en el consumo de alcohol. Es más; según concluye un estudio publicado en la revista ‘British Medical Journal’, también tienen una mayor probabilidad de consumir alcohol en ‘atracones’ (binge drinking), término por el que se define el consumo de cinco o más bebidas alcohólicas seguidas.

El efecto sobre los menores no sólo se observó en las películas en las que los actores bebían alcohol, sino también en aquellas en las que las bebidas eran simplemente parte del decorado. Por ello, como apunta el Dr. James D. Sargent, de la Facultad de Medicina de Dartmouth (Estados Unidos) e investigador principal del estudio, “la eliminación del alcohol de las películas merece un énfasis similar al utilizado con el tabaco”.

No en vano, como recuerdan los autores, “en el caso específico del tabaco, el emplazamiento de producto en las películas está prohibido en Estados Unidos. Sin embargo, es legal y frecuente para el alcohol, pues en la mitad de las películas de Hollywood aparece, cuando menos, una marca de bebida”.

De 4 a 8 horas de exposición

Para realizar el estudio, los investigadores entrevistaron durante dos años a más de 6.500 menores estadounidenses con edades comprendidas entre los 10 y los 14 años. Las preguntas giraron en torno al consumo de alcohol por estos menores, así como a los potenciales factores de influencia, entre otros las películas y la publicidad, el entorno familiar, la conducta de sus amigos y su grado de rebeldía.

Los autores constataron que, en los dos años de estudio, los menores habían visto un mínimo de cuatro horas y media, y hasta un máximo de ocho, de metrajes en los que aparecían bebidas alcohólicas. El resultado fue contundente: en los dos años, la proporción de menores que se inició en el consumo de alcohol pasó de un 11% a un 25%. En el caso del consumo de alcohol en ‘atracones’, el porcentaje pasó del 4% inicial a un 13%.

Gorras y camisetas

Además de la exposición al alcohol en las películas, otros factores que incrementaban el riesgo de inicio en el consumo de alcohol y el binge drinking fueron: tener productos con la marca de bebidas –el 11% reconoció poseer gorras o camisetas con el nombre de una marca de cerveza, de vino o de bebidas espirituosas–, tener amigos que beben y el grado de rebeldía personal.

Sea como fuere, explican los autores, “el 28% de los menores que se iniciaron en la bebida durante los dos años de estudio lo hizo a consecuencia de la exposición de bebidas alcohólicas en las películas«. «Por tanto, y tras ajustar los diversos factores analizados, podemos concluir que los menores que ven más películas en las que aparece el alcohol tienen el doble de posibilidades de comenzar a beber”, asegura el estudio.