Correr aumenta la longevidad. Concretamente, correr moderadamente (jogging) entre una y dos horas cada semana aumenta la esperanza de vida en 6,2 años en los hombres y en 5,6 años en las mujeres. Así lo han constatado los resultados del estudio ‘Copenhagen City Heart’, presentados en Dublín (Irlanda) en el marco del Congreso EuroPrevent 2012, impulsado por la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
En palabras del Dr. Peter Schnohr, del Hospital Bispebjerg de Copenhague (Dinamarca) e investigador principal del estudio, «podemos afirmar con total seguridad que la carrera, practicada con asiduidad, aumenta la longevidad. El aspecto positivo es que para lograr este claro beneficio no es necesario demasiado esfuerzo«. Tan solo correr a un ritmo suave o intermedio «hasta quedar ligeramente sin aliento –especifica el Dr. Schnohr– durante una o dos horas cada siete días».
‘Jogging’, pero moderado
El ‘Copenhagen City Heart’, estudio iniciado en 1976, evalúa el modo de vida de cerca de 20.000 hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 20 y los 93 años con objeto de profundizar en un mayor conocimiento sobre la prevención de las enfermedades cardiovasculares y el ictus.
A día de hoy, el estudio ha posibilitado la publicación de más de 750 artículos referidos a distintas enfermedades –entre otras, y además de las cardiovasculares, las enfermedades pulmonares, alergias, epilepsia, demencia y apnea del sueño–. En el caso concreto del trabajo dirigido por el Dr. Schnohr, los investigadores compararon la mortalidad de 1.116 hombres y 762 mujeres frente a la de individuos que no practicaban ‘jogging’.
Sin importar el sexo
Los resultados mostraron que durante el período de seguimiento –un máximo de 35 años– se registraron 10.158 muertes entre los individuos que no practicaban ‘jogging’ y 122 muertes entre los que salían a correr. El análisis mostró, además, que el riesgo de fallecimiento se redujo en un 44% en todos los corredores, ya fueran mujeres o varones.
Como concluye el Dr. Schnohr, «la mortalidad es menor en personas que realizan una carrera moderada que en gente que no corre o en aquellos que practican el ejercicio de manera exagerada». La razón obedece a que el ‘jogging’ facilita la captación de oxígeno, aumenta la sensibilidad a la insulina, mejora los perfiles lipídicos, desciende la presión sanguínea, reduce la agregación plaquetaria y eleva la actividad fibrinolítica.