El 16% de la población de nuestro país presenta algún tipo de dolor con más de tres meses de evolución y desde hace más de 10 años, lo que produce importantes limitaciones en las actividades de su vida diaria, según un estudio llevado a cabo por Observatorio del Dolor de la Cátedra Externa del Dolor Fundación Grünenthal-Universidad de Cádiz.
De hecho, y como apunta Juan Antonio Micó, director de la Cátedra, «en muchos casos, estos pacientes se ven obligados a dejar sus trabajos y a abandonar sus actividades sociales como consecuencia de esos dolores crónicos».
3.000 millones de euros anuales
En este marco, la buena noticia es que la gran mayoría de los encuestados, hasta un 80%, se muestra satisfecho o muy satisfecho con la atención recibida por sus familiares y cuidadores. La mala es que, si bien en la actualidad se disponen de conocimientos, medicamentos y fármacos para controlar el dolor, el déficit de unidades de dolor crónico en nuestro país determina, como explica el Dr. Luis Miguel Torres, jefe de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz, «que mitigarlo sea difícil de conseguir«.
Es por ello, explica el Dr. Diego Contreras, presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), que hayan solicitado a las administraciones que sean sensibles con el problema que más deteriora la calidad de vida de los enfermos. «El futuro pasa por potenciar la asistencia especializada, la investigación, la formación y la participación activa de los pacientes; trabajar en estas dos direcciones es rentable económicamente a medio y largo plazo», indica Contreras.
De acuerdo con las estimaciones de los especialistas, los costes asociados con el dolor crónico en nuestro país superan los 3.000 millones de euros anuales, cifra que supone más del 1% del Producto Interior Bruto (PIB).