La ansiedad y la depresión incrementan el riesgo de mortalidad de los pacientes con enfermedades cardiovasculares. Así lo constatan dos nuevos estudios, en los que se observa, por una parte, que la combinación de ansiedad y depresión triplican el riesgo de muerte por cualquier causa en la población con cardiopatía isquémica y, por otra, que los pacientes con insuficiencia cardiaca tienen un riesgo hasta cuatro veces mayor de fallecer cuando se encuentran moderada o gravemente deprimidos.
El primero de los estudios, llevado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos) y publicado en la revista Journal of the American Heart Association, muestra que los pacientes con cardiopatía isquémica que padecen ansiedad tienen el doble de riesgo de morir por cualquier causa. Es más; el riesgo llega a triplicarse en los casos en los que la ansiedad se combina con depresión.
En palabras de la doctora Lana Watkins, directora de la investigación, “muchos estudios han relacionado la depresión con un mayor riesgo de muerte en pacientes con cardiopatía isquémica pero no así la ansiedad, y todo ello a pesar de que los pacientes con cardiopatía isquémica que padecen depresión también suelen tener ansiedad; así, nuestros resultados muestran que la ansiedad incrementa el riesgo de mortalidad en esta población, especialmente cuando se combina con depresión”.
Cardiopatía isquémica
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores evaluaron el grado de ansiedad y depresión de 934 pacientes con cardiopatía isquémica hospitalizados para someterse a una coronariografía. La edad promedio de los pacientes se estableció en 62 años, y el grado medio de ansiedad fue de 8 puntos –en una escala de 0 a 21 puntos–. Concretamente, 90 de los participantes padecían ansiedad; 65 tenían depresión; y 99 la combinación de ansiedad y depresión.
Durante los tres años de seguimiento fallecieron 133 participantes, de los que 55 padecían ansiedad, depresión o la combinación de ambas. En hasta 93 de los casos, el fallecimiento se produjo por causas cardiovasculares.
Concretamente, la ansiedad, al producir adrenalina, incrementa la actividad del sistema simpático que controla la presión arterial. Como explica la doctora Watkins, “las personas que se preocupan mucho son más propensos a tener dificultad para dormir y una presión arterial elevada”. Por su parte, el vínculo entre depresión y mortalidad se relaciona con factores de riesgo conductuales.
Así, los resultados mostraron que los pacientes que padecen ansiedad tienen un riesgo de mortalidad 1,83 veces mayor; que en el caso de depresión el riesgo es 1,66 veces mayor; y que en caso de ansiedad y depresión combinadas es hasta 3,10 veces mayor.
Insuficiencia cardiaca
El segundo estudio, llevado a cabo por investigadores de la Clínica Mayo en Rochester (Estados Unidos) y publicado en la revista Circulation: Heart Failure, muestra que los pacientes con insuficiencia cardiaca que se encuentran grave o moderadamente deprimidos tienen un riesgo de mortalidad cuatro veces mayor. Además, la probabilidad de que estos pacientes acudan a los servicios de Urgencias o tengan que ser hospitalizados es dos veces mayor. Y es que como explica la doctora Alanna M. Chamberlain, directora de la investigación, “la depresión es un factor clave de utilización de los recursos sanitarios en la insuficiencia cardiaca”.
Para llevar a cabo el estudio, los autores evaluaron entre 2007 y 2010 el grado de depresión de 402 pacientes con insuficiencia cardiaca y una media de edad de 73 años. El 59% de los participantes no padecía depresión; el 26% fue diagnosticado de depresión leve; y el 15% mostraba una depresión de grado moderado-grave.
Los resultados mostraron que los pacientes con depresión moderada a grave tenían un riesgo cuatro veces mayor de morir por cualquier causa. De hecho, resaltan los autores, “los pacientes con depresión leve ya tienen un riesgo hasta un 60% mayor de fallecimiento por cualquier causa”.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en ‘Journal of American Heart Association’?
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en ‘Circulation: Heart Failure’?
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