El uso de gafas de sol ‘de juguete’ puede provocar daños oculares en los niños. Y es que, como alerta el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO), las gafas de sol ‘de juguete’ no bloquean la radiación ultravioleta (UV), ofreciendo así una «falsa sensación de seguridad».
Además, el ojo del niño resulta más vulnerable que el del adulto. No en vano, en el primer año de vida el cristalino deja pasar a la retina hasta el 90% de la radiación ultravioleta A (UVA) y el 50% de la ultravioleta B (UVB); la pupila de los niños permanece más dilatada; y la pigmentación del ojo, que actúa como barrera protectora, solo se va oscureciendo con el paso del tiempo.En consecuencia, como explica Juan Carlos Martínez Moral, presidente del CGCOO, «en torno al 50% de la radiación UV a la que nos vemos expuestos a lo largo de la vida se produce antes de cumplir los 18 años y entre los daños que surgen a corto plazo destacan las queratitis o quemaduras solares, que en los más pequeños se manifiestan con síntomas de dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos; a largo plazo, el daño puede ser más grave, en forma de alteraciones corneales, lesiones degenerativas y quemaduras agudas en la retina, que afectan a la visión de forma permanente».
Fuente de cataratas, DMAE y pterigión
Numerosos estudios han relacionado la radiación solar durante la infancia con la aparición de diversas enfermedades en la edad adulta, entre otras las cataratas, primera causa de ceguera reversible en el mundo; la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), primera causa de ceguera irreversible en mayores de 65 años; y el pterigión, un crecimiento anormal de tejido sobre la córnea que produce irritación ocular y sensación de cuerpo extraño.
Y en este contexto, incide el CGCOO, el uso de gafas de sol de calidad, acompañado de distintos elementos de protección como las gorras, sombreros o viseras, reduce el riesgo de presentación de estas enfermedades.
Por todo ello, «las gafas de sol infantiles, al igual que las de los adultos, deben estar homologadas y llevar la marca CE como estándar mínimo de calidad; las gafas de sol de calidad no necesariamente tienen que ser más caras y, además, es preferible no utilizar gafas a llevar las ‘de juguete’, dado que suponen un serio peligro para la salud visual y ocular de los niños «, concluye Martínez Moral.