Estudio en ‘Journal of Hepatology’
El hígado graso es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular
La esteatosis hepática no alcohólica o ‘hígado graso’, enfermedad que padece un 30% de la población general y hasta un 70-90% de las personas con obesidad o diabetes tipo 2, es un factor de riesgo independiente de aterosclerosis y, por tanto, de mortalidad cardiovascular. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Pierre y Marie Curie en París (Francia) y publicado en la revista Journal of Hepatology.
Como explica la doctora Raluca Pais, directora del estudio, “nuestros hallazgos indican que el hígado graso expresa distintos factores proinflamatorios y procoagulantes, así como genes implicados en una aterogénesis acelerada. Por tanto, existe una mayor probabilidad de que la relación entre el hígado graso y la mortalidad cardiovascular no se deba simplemente a los factores de riesgo subyacentes comunes a ambas enfermedades, sino que realmente se explique porque este hígado graso contribuye de forma independiente al incremento de este riesgo”.
Hígado graso y ECV
En el estudio, los investigadores analizaron los historiales médicos de 5.671 pacientes que se habían sometido a una ecografía para medir el grosor de las paredes de sus arterias carótidas entre los años 1995 y 2012.
Los resultados mostraron que el hígado graso se asoció con un mayor grosor de las paredes de estos vasos sanguíneos que la diabetes y la dislipemia. Asimismo, el seguimiento durante ocho años de 1.872 pacientes con hígado graso confirmó que la enfermedad se asoció con un mayor riesgo de placas de ateroma en las arterias carótidas. Un riesgo, además, que resultó independiente de otros factores de riesgo cardiovascular, caso de la edad, el género, el tabaquismo o el diagnóstico de diabetes tipo 2.
Y a todo ello se aúna, como refiere la doctora Pais, “que también observados que los pacientes con hígado graso pero sin sobrepeso, diabetes tipo 2 o hipertensión arterial también tenían un mayor riesgo de complicaciones cardiovasculares y metabólicas que aquellos sin la enfermedad. Unos resultados que alertan de que el hígado graso es, por sí solo, un precursor del síndrome metabólico. Por tanto, el diagnóstico del hígado graso es extremadamente importante”.
Por todo ello, concluye la directora de la investigación, “el abordaje clínico de la esteatosis hepática no alcohólica debe contemplar un seguimiento estricto de la enfermedad cardiovascular y de las complicaciones metabólicas”.
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