El pasado mes de octubre, se cumplieron 10 años desde que se puso en marcha la primera Vivienda Tutelada para personas con enfermedad mental en la Comarca de la Vega Baja, ?un recurso que ha permitido que sus usuarios y usuarias, puedan disponer de una vivienda digna y estable cubriendo necesidades básicas y esenciales para cualquier ciudadano?, explica Ana Mengual, educadora de uno de los centros, destacando que ?desde ella, no sólo se pretende ofrecer una vivienda con apoyos, sino también mejorar la autonomía y la calidad de vida del usuario y facilitarle el acceso a diferentes servicios socio-comunitarios?.
Hasta la fecha, ADIEM cuenta con 3 Viviendas Tuteladas, 2 de hombres y 1 de mujeres. Entre ellas encontramos la pionera en la Comarca, la ?Casa Thader?, que ha prestado apoyo en el proceso rehabilitador a cerca de una decena de personas con enfermedad mental crónica en ésta década de funcionamiento. Gertrudis Marcos, presidenta de ADIEM, destaca que ?en esta Vivienda, 4 usuarios han recibido el alta por consecución de objetivos, de los cuales 1 reside en su domicilio familiar y 3 de ellos viven de forma autónoma?.
Que mejor manera de entender la vivienda tutelada que recogiendo la experiencia de dos personas que han pasado por ella.
José nos explicaba como fue su paso por el Centro, destacando que ?se hace muy difícil expresar con palabras cómo fue mi evolución por la vivienda tutelada, pero solo me viene a la cabeza bien en mayúsculas. Estuve 6 años y ese tiempo me enseñó a aprender una nueva vida, más que la vivienda tutelada, me llevo el trato recibido por los educadores para conseguir que tuviéramos autonomía y pudiéramos manejarnos en un futuro, un trato cercano, disponible cuando lo necesitábamos, y también me llevo el vínculo imborrable que se crea entre todos nosotros (compañeros y educadores). Me quedo con grandes recuerdos, difíciles de olvidar, como cuando me presenté a los compañeros, cuando me ayudaron a levantarme en los malos momentos, la primera vez que cocine para todos, y muchos más, pero lo más grande que me llevo son las personas que hicieron posible mi entrada en vivienda y mi alta, porque consiguieron que sea el que actualmente soy: una persona que vive independiente, que sabe administrarse, que realiza sus tareas domésticas y no se descuida personalmente?.
Desde Vivienda tutelada intentamos favorecer al máximo la autonomía personal y fomentar el papel activo de la persona adquiriendo habilidades en diferentes áreas de su vida (manutención, autocuidado, medicación, manejo de dinero, relaciones sociales) para emprender una vida normalizada y autónoma.
Los educadores realizan una labor de tutorización directa e individualizada con el usuario prestando supervisión y apoyo tanto en las actividades diarias como en las diferentes gestiones que se precisan. Así como a través de un trabajo coordinado y complementario con los Servicios Sanitarios Especializados (la U.S.M. primordialmente), con los Servicios Sociales Municipales, y demás instituciones.
Un reflejo del trabajo realizado día a día en nuestra vivienda, lo encontramos hablando con un usuario que actualmente reside en vivienda thader.
José Ángel nos relataba que ?entré en el año 2005 tras el repentino fallecimiento de mis padres, y mi posterior abandono y pérdida de habilidades de todo tipo. Valoro de forma muy positiva la labor y apoyo prestado por los educadores que en todo momento me ayudaron a pasar la época de duelo, a realizar las tareas de la vida diaria tan útiles como mi aseo personal, autocuidado, cocina, tomar la medicación de forma diaria, imprescindible en mi vida, habilidades sociales, y mucho más.. Me gustaría, y sé que lo haré, conseguir con el apoyo de mis educadores, una autonomía plena, que me permita vivir de forma independiente el día de mañana?.
Gracias a la existencia de este tipo de recursos, las personas con enfermedad mental, parten con las mismas oportunidades que el resto, pudiendo emprender así, una vida digna, normalizada, dentro de nuestra sociedad, una sociedad que a veces les excluye y les impide avanzar en calidad.