Una investigación realizada porla Doctora Rachel Leeson y el investigador Amin Mokhtari en el Hospital Dental de Eastman, Londres -en la que han colaborado 262 pacientes afectados por dolor- prueba que el dolor orofacial crónico es uno de los peores que pueda soportar el ser humano e incapacita mucho más que otros como -son el dolor de espalda o el de cabeza-para llevar una vida normal.
?Las personas afectadas por dolor orofacial crónico tiene mucha más propensión a desarrollar patologías colaterales y su grado de sufrimiento es mayor que los pacientes que presentan dolores crónicos de espalda o de cabeza? afirma el especialista Rosemary Frei, líder en investigación del dolor, que basa sus declaraciones en este estudio, presentado en el Congreso Internacional del Dolor en Milán, Italia, en agosto de 2012.
El estudio ha sido elaborado con las respuestas a encuestas del dolor tomando como referencia la Escala de Valoración del Dolor proporcionada por la revista Journal of General Internal Medicine -conocida como GCPS por sus siglas en inglés- .
La base de la investigación ha sido una comparativa entre pacientes con Disfunción de la Articulación Temporomandibular y pacientes con dolores crónicos de espalda o de cabeza. Esta investigación fue realizada en los Departamentos de cirugía oral y medicina oral y dolor facial del Hospital Dental de Eastman de Londrés. Para ello, se proporcionaron a los 262 pacientes cuestionarios psicosociales y relativos al dolor.
Según explican estos expertos, los resultados obtenidos de este estudio son alarmantes, pues los pacientes con dolor orofacial mostraban, basándose en la GCPS, un índice más alto de dolor (siendo IV el grado más elevado, que puede traducirse en una incapacidad para llevar a cabo una vida normal): un 49,3% de los pacientes se ceñían a los grados III y IV, frente al 36,4% de pacientes con dolor de espalda y al 30% de los pacientes con dolor de cabeza que decían padecer el mismo grado de dolor.
La muestra, formada por 262 pacientes que rellenaron cuestionarios relacionados con el dolor y cuestionarios psicosociales estaba compuesta por 105 pacientes que presentaban disfunción temporomandibular y, el resto otro tipo de dolor crónico severo. De los 105 afectados, 84 de ellos presentaban dolor facial idiopático persistente, 63 de ellos con dolor neuropático y 10 de ellos dolor dental. De la muestra total, los pacientes tenía una media de edad de 50 años y una duración media del dolor de 51 meses. Había una mayor presencia del género femenino (siendo 3 mujeres por cada varón).
Los investigadores encontraron que los pacientes con Disfunción de la Articulación Temporomandibular tenían las proporciones más altas en los grados I y II en la escala GCPS para medir el dolor -un 30% y un 32% respectivamente- mientras que aquellos con Dolor Facial Idiopático persistente respondían un 23% para el grado III y 33% para el grado IV de esta misma escala.
De la muestra total, 50 de los pacientes (19,1%) presentaba un grado III de dolor en la escala GCPS, y 79 (30,2%) tenían un grado IV de dolor. Es decir, 129 de 262 sufrían grado III o IV de dolor, lo que equivale a un 49, 3% de pacientes del conjunto de la muestra.
Los investigadores compararon estos resultados con aquellos del dolor de cabeza crónico y el dolor de espalda crónico basándose en la misma Escala de Valoración del Dolor y el resultado fue el siguiente: de 1.624 pacientes con dolor de espalda un 36, 4% respondía a los grados III y IV. De los pacientes con dolor crónico de cabeza, estas cifras se reducían al 30%. Así pues, ambas cifras significativamente más bajas que el 49,3% proporcionado por el de las encuestas a los pacientes con dolor orofacial.
Además, tanto Mokhtari como Leeson, destacan las consecuencias económicas que tiene este dolor inhabilitante orofacial para los pacientes que sufren este tipo de dolor crónico orofacial, y el impacto que tiene éste en su calidad de vida. Así pues, afirman que este tipo de dolor orofacial afecta al desarrollo normal de sus vidas y su capacidad laboral y provoca una grave minusvalía.
Por otra parte, estos especialistas inciden en la labor de estudios como el de Eastman suponen el principio de un trabajo de investigación para continuar investigando sobre estas enfermedades y la mejora del tratamiento a estos pacientes.
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Fuentes:
Amin Mokhatari es estudiante del Master de Ciencia del University College de Londres y Rachel Leeson, supervisora de la investigación y Doctora especializada en Cirugía Oral
(Journal of General Internal Medicine, May 1998, Vol. 13:5, pp. 296-302.
Información sobre la GCPS: https://dspace.stir.ac.uk/bitstream/1893/675/1/Revised%20Text.pdf
Voluntarios del Departamento de Prensa Sanitaria de AEPA ATM.