La presidenta de ASSCAT, Fina García, resalta en el último número de la revista de la asociación ( NewsletterAsscatInform@-13) la vigencia y la importancia de las hepatitis virales como enfermedades que necesitan de campañas de información y concienciación para toda la ciudadanía.
ASSCAT está volcada en esta tarea, así como en la de atención directa al paciente y sus familiares. Los enfermos que desconocen que tienen hepatitis B o C tienen derecho a saberlo y a ser cuidados y tratados. Sabemos que la enfermedad cursa de manera silente pero también sabemos que la única manera de intentar detener el curso natural de la enfermedad (más lento o más rápido) es suministrar el tratamiento si no existen contraindicaciones.
Normalmente, transcurren décadas hasta que la enfermedad de las personas infectadas con el VHC se agrava pero en este momento los que se infectaron en los 70 y 80 ven incrementado el riesgo de mortalidad sobre todo si desconocen que padecen la enfermedad. Se han desarrollado nuevas terapias antivirales que aportan cierto grado de optimismo y muchos fármacos están en fases avanzadas de investigación incluyendo los que no necesitan ir acompañados de interferón, que son más efectivos y con tiempo de toma para el paciente menos prolongado en el tiempo.
El tratamiento es caro pero siempre es coste-efectivo delante de un recurso extremo como un trasplante de hígado. Para no tener que llegar a él con un coste emocional muy importante para el paciente y un coste muy elevado para el sistema sanitario, los responsables de las políticas sanitarias deberían entender que el gasto en detección y en tratamientos es la mejor prevención en todos los sentidos. Si no se actúa ahora, los especialistas prevén que en el año 2020 el problema sea muy grave y los costes para los pacientes y el sistema de salud serán muy elevados y quizás inasumibles.
Gracias a la investigación se están consiguiendo mejores medicamentos con mejores prestaciones, pero este esfuerzo en investigación debe llegar a los pacientes. Se debe considerar que mientras los pacientes esperan la llegada de nuevos fármacos, el curso natural de la enfermedad va avanzando en el sentido negativo de manera inversamente proporcional al sentido positivo de los avances en investigación. En un futuro cercano se dispondrá de medicamentos más efectivos, con menos efectos secundarios, pero, ¿serán accesibles para todos los pacientes que los necesiten?