-La imposición del copago de medicamentos de dispensación hospitalaria una barrera más para el tratamiento de la hepatitis C.
-ASSCAT y gTt alertan sobre la grave incidencia de esta medida en la salud de los pacientes
Barcelona, 20 de setiembre de 2013.- Finalmente, el Gobierno ha cruzado una línea roja. Ya ha sido publicada en el BOE la resolución final por la cual algunos medicamentos de dispensación hospitalaria, como los de la hepatitis C, tendrán una aportación farmacéutica reducida de hasta un límite de 4,20? por envase.
No tiene ningún sentido esta aportación reducida. Si el copago se ha presentado hasta ahora como una medida para disuadir el consumo poco responsable de medicamentos por parte de los pacientes, es difícil de entender que se aplique para enfermedades que, de no tratarse, pueden ser mortales.
Consideramos que se añade una barrera más para el acceso a un tratamiento para el que en los últimos meses se ha llegado a fijar, en alguna comunidad autónoma, incluso cupos de pacientes por hospital.
Por un lado, al tratarse de terapias combinadas administradas durante un largo periodo de tiempo, que incluyen dos o tres fármacos de varias tomas diarias, la carga económica para el paciente se multiplica. A esto se añade el copago de los medicamentos adicionales que han de utilizarse para manejar los efectos secundarios, muy habituales en este tipo de terapias.
Cualquier barrera económica en el acceso a fármacos muy necesarios conlleva excluir a los pacientes que están en situación económica precaria, que en el caso de la hepatitis C, supone un elevado porcentaje de personas entre los afectados, entre ellas las coinfectadas por el VIH.
Poner más barreras al tratamiento de la hepatitis C con medidas como ésta supone ignorar las ventajas que conllevan la curación de los pacientes con hepatitis C. Numerosos estudios certifican que tratar a los pacientes es coste-efectivo ya que un enfermo curado deja de ser una carga para el sistema sanitario porque se ahorra en ingresos hospitalarios, en fármacos para tratar la cirrosis o el cáncer de hígado y en trasplantes hepáticos. Esta decisión, que se presenta como un ahorro, va a suponer un mayor gasto sanitario a medio y largo plazo además de una vulneración de los derechos de los pacientes e implicará mayor sufrimiento para éstos.
Paradójicamente, las trabas que la administración sanitaria pone a que los enfermos sean tratados y la ausencia de medidas para diagnosticar y curar a los enfermos mediante un Plan Nacional para las Hepatitis, contrastan con el alto nivel de investigación científica que llevará muy pronto a disponer de fármacos más efectivos para curar la hepatitis C. Pero hay pacientes que no pueden esperar y muchos de ellos están ahora más que nunca en situación económica muy desfavorecida. En un estado de derecho es inadmisible que se contenga el acceso a los tratamientos con medidas como la aplicada por decreto hoy. Una imposición como ésta resulta extremadamente contraproducente para que las personas que necesitan los fármacos urgentemente puedan acceder a ellos.
Para más información: Juanse Hernández juanse@gtt-vih.org tel. 667 662 551
Juan Fernández coordinacio@asscat-hepatitis.org tel. 637 930 283
– Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis(ASSCAT)
– Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH)
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