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El siguiente paso

Como ya os hemos contado en entradas anteriores, queríamos encontrar al mejor cirujano que, con la mejor técnica, pudiera operar a nuestra pequeña y dimos el siguiente paso.

Una vez relatamos a la fisioterapeuta del equipo SIDI cómo fue la consulta en Madrid, ésta coincidía con nosotros en que pulgarizar el índice debía ser la última opción. En tres escasos días nos acompañó a la consulta de otra ‘fisio’ que no hacía mucho tiempo conoció en un congreso. Fue ese día y de mano de la persona que acabábamos de conocer cuando se empezó a barajar la posibilidad de que a Martina la viera un cirujano de nacionalidad italiana, con residencia en San Marino, y que de forma esporádica pasaba consulta en una importante clínica de Barcelona.

En unos pocos días ya teníamos fecha de consulta, billetes y hotel reservado. En menos de un mes éste sería nuestro segundo viaje y venia a devolvernos todo el ánimo que perdimos en el primero. Mientras llegaba el día procuramos conseguir cita con cierta doctora, de Barcelona también, y así aprovechar nuestro viaje. Finalmente no fue posible. Nuevamente nos íbamos los cuatro?, Andrea no se quedaría en Málaga.

Entre todo esto intentábamos hacernos con la historia clínica de Martina. Fueron varias las personas que intervinieron en este proceso. No resultaba tarea fácil puesto que el celo que imprime el hospital en salvaguardar la documentación de cada paciente es tremendo?, tanto que en ocasiones puede resultar una gran traba burocrática que puede entorpecer el diagnóstico o resolución de según que casos.

La segunda fisioterapeuta que conocimos nos advirtió de algo muy importante. Nos dijo: «A vuestra hija hay que operarla y con cierta urgencia. Ella está usando sus manos de forma incorrecta y está grabando datos incorrectos, entonces el día de mañana habrá primero que corregirle y luego enseñarle, con lo cual el aprendizaje natural queda desvirtuado».

¿Realmente el tiempo empezaba a jugar en su contra?

A pesar de todo, también había momentos divertidos y relajados con nuestros amigos tal y como muestra la fotografía con la que acompañamos este texto.