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Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (Ceadac)

ceadacEl Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (Ceadac), de Madrid, es un recurso sociosanitario público para la rehabilitación integral e interdisciplinar de usuarios con daño cerebral adquirido. El Daño Cerebral Adquirido (DCA) hace referencia a diversas lesiones cerebrales, cuyo origen más común son los traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebro vasculares, secuelas de tumores cerebrales, etc, cuyas consecuencias más frecuentes son déficits motores, sensoriales y neurocognitivos que requieren una intervención integral: física, psicológica y social, en la que juega un papel fundamental la implicación de la familia.

El programa de radio ?Enfermedades Raras? del 8 de septiembre de 2015, dirigido y presentado por Antonio G. Armas, ha tratado esta dolencia en profundidad. La doctora Inmaculada Gómez, gerente del Ceadac; el doctor Carlos González Alted, director médico del centro; y el doctor Álvaro Bilbao, neuropsicólogo de la entidad; han intervenido en el programa.

 

Los objetivos del Ceadac son ofrecer programas de rehabilitación socio sanitaria a las personas con daño cerebral sobrevenido e impulsar la mejora de la calidad de vida de los afectados y sus familias; informar y ofrecer asesoramiento técnico sobre la rehabilitación del daño cerebral sobrevenido; ofrecer formación y docencia a profesionales sobre el daño cerebral adquirido; y promover y colaborar en proyectos de investigación en al ámbito del Daño Cerebral.

Tras un daño cerebral es frecuente encontrar secuelas que afectan a las capacidades físicas o motoras de la persona, ocasionándole paresias de diferente grado y dificultades en la movilidad, equilibrio o la capacidad de deambulación. Desde este punto de vista podemos encontrar una serie de trastornos motores que incluyen: la hemiplejia/ hemiparesia, tetraparesia/tetrapejia, paralisis/paresia periférica, síndrome extrapiramidal (temblor, bradicinesia, rigidez, parkinsonismo, discinesias), sindrome cerebeloso (ataxia, temblor, dificultad de la coordinación), o alteración del control postura.

Todos los trastornos descritos anteriormente entrarían dentro de los aspectos más conocidos o habituales asociados al daño cerebral. Sin embargo se dan situaciones menos habituales tras un daño cerebral, o en todo caso de detección o visualización más dificultosa, y que se encuadran en lo que llamamos trastornos motores de alto nivel.

Por lo general nos referiremos a situaciones donde la persona no presenta una alteración motora tan clara o evidente en la exploración en la consulta como las referidas anteriormente, y presenta dificultades relativas a su capacidad de desplazamiento o marcha que no podemos explicar en base únicamente a dicha alteración, que generalmente le suponen una dificultad en su autonomía dentro de la comunidad. Algunos de los cuadros que podemos situar dentro de este concepto son:

Conflicto visuovestibular: alteración en la capacidad para analizar, comparar y seleccionar la información sensorial adecuada en relación al mantenimiento de la verticalidad, especialmente cuando diferentes aspectos de la misma entran en conflicto.

Alteración en la ejecución de tareas duales: dificultad en aquellas situaciones que implican la realización de dos tareas de modo simultáneo (por ejemplo una tarea motora y una cognitiva).

Patrones de la marcha en trastornos motores de alto nivel: Marcha congelada (dificultad para iniciar el paso , interrupción por distractores, obstáculos a la vista, giros); marcha a pequeños pasos; marcha cautelosa; trastornos motores psicógenos (patrones de movimiento incongruentes con los trastornos del movimiento con una base orgánica: movimientos bizarros, extraños, inconsistentes).

Dentro de este tipo de afecciones las hay de todo tipo

Afasia:

Casi la mitad de personas que tienen un ictus experimentan algún tipo de afasia que es la incapacidad para utilizar el lenguaje. Puede ser solo dificultades para comprender las palabras (leidas o escuchadas), la dificultad para emitir palabras (habladas o escritas) o todo junto.

Amnesia: 

Contrariamente a lo que la gente piensa, la mayoría de amnésicos recuerdan bien su pasado pero tienen problemas para recordar las cosas nuevas que les pasan en su vida.

Apraxia:

Es la dificultad para saber como se hacen cierto tipo de movimientos, como por ejemplo cómo se coge sopa con una cuchara o cómo hay que hacer para abrochar un botón. El paciente se hace un lío y no es capaz de hacerlo.

Prosopagnosia:

Dificultad para reconocer a las personas por el aspecto de sus caras.

Anosognosia:

La persona no se da cuenta de que está enferma.

Apatía:

La persona tiene menos volición, deseo y le cuesta mucho trabajo ponerse en marcha o plantearse metas y perseguirlas. Muchas veces los valoradores y la familia no lo comprenden bien y piensan que la persona está deprimida. Es también común en el Párkinson, por ejemplo.