Los trastornos de la personalidad se definen como el conjunto de trastornos en los que las dimensiones emocionales, afectivas motivacionales y de relación social se encuentran perturbadas o presentan anormalidades. En consecuencia, los patrones de percepción, reacción y relación de los afectados son fijos, inflexibles y socialmente desadaptados. El origen de estos trastornos puede ser biológico o medioambiental (por ejemplo, educativo).
Los trastornos de la personalidad son los siguientes: personalidad paranoide (proyección de las hostilidades y conflictos propios hacia los demás, de forma que las intenciones ajenas con consideradas maliciosas); personalidad paranoide (personas introvertidas y emocionalmente frías y socialmente distantes, que intiman poco con los demás y se refugian en sus fantasías); personalidad esquizotípica (incapacidad para las relaciones personales y desarrollo de pensamientos insólitos y, por lo general, absurdos); personalidad histriónica (búsqueda constante de notoriedad y expresión exagerada de las emociones propias para llamar la atención); personalidad narcisista (necesidad de atención por los demás con ausencia de empatía e incapacidad de asimilar la crítica o el fracaso); personalidad límite o ‘borderline’ (inestabilidad emocional, pensamiento exageradamente polarizado y relaciones interpersonales caóticas); personalidad antisocial (incapacidad de asimilar la importancia de las normas sociales preestablecidas, caso de las leyes, por lo que desprecian los derechos ajenos); personalidad fóbica o evitadora (hipersensibilidad al rechazo, lo que se traduce en la evitación de relaciones personales); personalidad dependiente (necesidad excesiva de ser cuidado por otros, con un gran temor a la separación; transfieren la responsabilidad de la toma de cualquier decisión); personalidad pasiva-agresiva (albergan gran hostilidad, por lo que de un modo u otro boicotean el desarrollo de toda propuesta ajena, incluidas las laborales); y personalidad obsesiva-compulsiva (perfeccionismo obsesivo consecuente con una notable inseguridad personal, lo que genera ansiedad ante la responsabilidad y problemas para relacionarse socialmente).