La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) ha emitido un comunicado para expresar su satisfacción por la aprobación del nuevo baremo para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de discapacidad. Una nueva normativa que, sin embargo, considera «insuficiente» dado que no soluciona la falta de protección social que genera el impacto de la enfermedad crónica.

Como explica Carina Escobar, presidenta de la POP, “era necesaria la creación de una normativa que protegiese de la situación de vulnerabilidad a la que se enfrentan las personas con enfermedades crónicas desde el momento en el que reciben el diagnóstico. Pero también es necesario y urgente que se articulen medidas complementarias para proteger a los pacientes crónicos”.

Las enfermedades crónicas son patologías de larga duración cuyos síntomas tienen un impacto muy significativo en la vida diaria de los pacientes. Y no únicamente en su salud, sino también en otros ámbitos de su vida social, laboral, económica, familiar o educativa. Todo ello sin olvidar su efecto sobre la salud mental. Y es que, en un gran número de casos, los pacientes crónicos suman a su diagnóstico la ansiedad o la depresión.

Sin embargo, y a pesar de esta realidad, solo un 42% de las personas con enfermedad y dolor crónico tiene reconocida una discapacidad. Un porcentaje insuficiente dado que el 68% presenta problemas de movilidad y/o limitaciones funcionales; y que en un 70% de los casos, el dolor crónico afecta a su rendimiento laboral y educativo.

El resultado es que, alerta Escobar, “las personas con enfermedades crónicas se enfrentan a barreras que impiden su inclusión e igualdad de oportunidades, requieren de una protección social que les permita una participación efectiva en la vida política, económica, cultural y laboral y que se tenga en cuenta la complejidad de su situación de salud, muchas veces invisible, para evitar su discriminación y estigmatización”.

Así, la Plataforma espera que el nuevo baremo, más adaptado a la realidad de las personas que conviven con una enfermedad crónica, ayude a corregir esta situación. De hecho, la POP lo considera un avance, valorando positivamente el paso de un enfoque médico-rehabilitador de la discapacidad hacia una consideración más social en la que, entre otros aspectos, se tiene en cuenta la necesaria participación de las personas con discapacidad en la sociedad y las barreras que se encuentran a la hora de ejercer este derecho.

Es más; la Plataforma destaca especialmente la posibilidad de realizar un trámite de urgencia por causas humanitarias o de especial necesidad social o de salud, que incluye a las víctimas de zonas en guerra y a las personas con enfermedades degenerativas, entre otras.