Concretamente, los pacientes que participaron en el PRC de la asociación de pacientes presentaron unos niveles inferiores de colesterol total y de triglicéridos plasmáticos. Asimismo, y también en comparación con aquellos pacientes que no llevaron a cabo el PRC, cuidaron en mayor medida su alimentación y practicaron ejercicio físico con mayor regularidad.
Por todo ello, como concluye la Dra. María Esther Sánchez Entrena, investigadora principal del estudio, «el PRC ayuda a mejorar algunos factores de riesgo cardiovascular, así como a adquirir un estilo de vida más cardiosaludable, tan importante en la prevención de las enfermedades cardiovasculares».
Prevención secundaria
Es más; a la luz de los resultados, los investigadores consideran «indispensable» fomentar la instauración y seguimiento de los PRC entre la población que ha sufrido un episodio cardiovascular, más aún teniendo en cuenta que en España, en comparación con otros países europeos, existe todavía un bajo porcentaje de pacientes cardiacos que participan en este tipo de programas.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de morbimortalidad en los países desarrollados, incluida España. Y como apuntan los investigadores, «la alta prevalencia y coste económico de las mismas hacen necesario ampliar el enfoque tradicional de su tratamiento con la prevención y promoción de la salud». Y en este sentido, la rehabilitación cardiaca constituye un elemento esencial en la prevención secundaria de este tipo de dolencias.
El estudio, realizado en colaboración con el Centro Andaluz de Medicina del Deporte y la Concejalía de Salud del Ayuntamiento de Granada, ha sido publicado la revista ‘Annals of Nutrition & Metabolism’.
