En palabras de Linda Pieri, portavoz de la ACABB, «el perfil típico de estas personas está cambiando, de manera que ya no son solo los adolescentes quienes se ven afectados, sino que cada vez es más frecuente ver a personas más mayores pedir ayuda».
Unos trastornos, además, que se agravan notablemente durante la época estival, en la que la población adquiere comúnmente malos hábitos alimenticios. Como recuerda Linda Pieri, «cuando llega el verano, la gente tiende a adoptar dietas sin control médico, dado que las personas, desde siempre, quieren destaparse».
Presión social
La situación resulta muy similar a la que acontece cuando finalizan las fiestas navideñas, dando como resultado una tendencia creciente de la incidencia de este tipo de trastornos. La razón, apunta Pieri, «las aplicaciones como el Photoshop, que vende cuerpos que no existen, y la presión social por ser perfectos«.
Por lo general, las personas que tienden a padecer estos trastornos son «perfeccionistas y con una autoestima baja –explica Pieri–, si bien hay que destacar que son los fracasos en el ámbito social, como por ejemplo un divorcio, los que pueden desencadenarlos».
Obesidad infantil
Por su parte, la obesidad infantil es consecuencia de la falta de actividad física, en parte por la proliferación de ordenadores y consolas de videojuegos. Y además, como advierte Pieri, «los niños y sus padres no comen juntos, y es importante que la familia coma unida«.
Este último aspecto resulta fundamental, dado que establece «un orden». Y de la misma manera, se recomienda que no se coma mientras se ve la televisión, pues «aumenta la angustia, que es una de las causas de los malos hábitos alimenticios», concluye Pieri.
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