En torno al 50% de los pacientes con tratamientos crónicos y hasta un 20% de los que siguen un tratamiento agudo no cumplen con las terapias prescritas por sus médicos; una falta de adherencia que no solo genera unos costes económicos significativos, sino que repercute muy negativamente sobre la salud y la calidad de vida de los pacientes. Y es que, como han confirmado diversos estudios, el cumplimiento terapéutico se asocia a una disminución de la mortalidad global.
En consecuencia, y con el objetivo de revertir esta situación, un equipo multidisciplinar de expertos de distintos ámbitos del sistema sanitario –médicos, enfermeros, farmacéuticos y pacientes, con la colaboración de la industria farmacéutica– ha evaluado el impacto sobre la salud y el sistema sanitario causado por el incumplimiento terapéutico en enfermos crónicos, análisis que ha derivado en la elaboración de un documento de consenso que contempla las medidas específicas recomendadas para favorecer la adherencia terapéutica y, en último término, minimizar los costes asociados con el no cumplimiento.
Mejorar la eficiencia
Como explica el Dr. Máximo González Jurado, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería de España, «diversos estudios advierten que la falta de adherencia terapéutica puede llegar a condicionar hasta un tercio de los ingresos hospitalarios y, a pesar de todo, los planes de salud y las políticas sanitarias rara vez tienen en consideración este problema».
El resultado es una falta de adherencia a los tratamientos ciertamente preocupante en algunas enfermedades crónicas específicas; por ejemplo, en la hipertensión arterial, en la que un 85% de los pacientes no cumple con las medidas higiénico-dietéticas. Todo ello a pesar de que, como concluye el documento de consenso ‘Una aproximación multidisciplinar al problema de la adherencia terapéutica en las enfermedades crónicas: estado de la situación y perspectivas de futuro‘, «mejorar el cumplimiento terapéutico repercute de forma muy positiva en la eficiencia de los planes de salud y las políticas sanitarias».
Combinación de medidas
Los estudios han demostrado que la mejora de la adherencia requiere de la combinación de distintas intervenciones. Entre las mismas, como recoge el consenso, cabe destacar la educación, individual o grupal, del paciente sobre su enfermedad, reforzando su motivación y su concienciación. También debe tenerse en cuenta los recordatorios –ya sea con el envío de cartas o con llamadas telefónicas– de las citas y de las tomas de la medicación. O, en un terreno más práctico, el uso de tarjetas de control y automedición; la realización de programas personalizados de dosificación; el aprendizaje de técnicas y uso de material que permitan el autocontrol de la enfermedad; o las recompensas por la cumplimentación –por ejemplo, con el incremento del tiempo entre dos citas.
Sea como fuere, como recuerda Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), miembro de Somos Pacientes, «no existe una estrategia que por sí sola sea efectiva; solo es efectivo, y de forma moderada, la combinación de más de una estrategia». «Además, se ha de tener en cuenta que las personas más propensas al incumplimiento son, además, el grupo principal de consumidores de fármacos prescritos: los ancianos«, añade.