Con el objetivo de reiterar su oferta de colaboración y puesta a disposición de los poderes públicos para colaborar en la elaboración de un plan específico frente a la pandemia dirigido a la ciudadanía más vulnerable, desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes han propuesto una serie de acciones:

1. Potenciar la comunicación entre las organizaciones de pacientes, la administración y el resto de agentes sanitarios. Deben realizarse campañas de información y concienciación dirigidas a la ciudadanía y especialmente a las personas de riesgo.

2. Deben garantizarse los tratamientos a los pacientes evitando que, por falta de información, caducidad de la receta, visados, etc., haya problemas de cumplimiento. La dispensación a domicilio ha resultado muy beneficiosa para muchos pacientes y debemos establecer criterios que nos permitan poder seguir manteniendo este servicio para aquellas personas que lo necesiten.

3. Potenciar y dotar de los recursos necesarios a la atención primaria y comunitaria dando respuesta a las necesidades complejas de las personas con enfermedades crónicas, desde la cercanía de lo local y el compromiso de la comunidad, poniendo en marcha redes de apoyo vecinales y trabajando de manera coordinada con atención primaria.

4. Potenciar la atención a la salud mental, también ligada a la enfermedad y la soledad.

5. Garantizar las medidas de protección tanto a sanitarios como a pacientes para que se pueda mantener la asistencia sanitaria y sociosanitaria en este escenario de convivencia con el virus. El impacto de la suspensión y aplazamiento de las consultas y pruebas puede suponer un riesgo mayor que la propia COVID-19. Para ello se debe habilitar la asistencia tanto por la mañana, como por la tarde, manteniendo los conocidos ya como circuitos limpios –diferenciando los casos sospechosos de la COVID-19 de otros pacientes. Dando prioridad en el acceso a las consultas y pruebas a las personas con una enfermedad. En este sentido, debemos tener especialmente en cuenta los riesgos que corren nuestros pacientes en hospital de día oncológico y no oncológicos, y los centros de hemodiálisis.

6. Un plan de vacunación que priorice a las personas de riesgo. El sistema debe ser proactivo tanto en promover campañas de concienciación como en fomentar la actualización de las cartillas de vacunación.

7. Priorizar que una mayor transparencia en los indicadores de seguimiento tanto de la pandemia como del impacto que ésta está teniendo en las listas de espera, especialmente a los pacientes con patologías crónicas.

8. Los centros de día y centros de rehabilitación son fundamentales para que las personas vulnerables no sigan empeorando, con deterioro cognitivo y de movilidad. Es necesario que puedan mantener su actividad, por lo que hay que trabajar con ellos para conseguir que sean espacios seguros y libres de la Covid-19.

9. Regular e impulsar el teletrabajo para las personas con enfermedad crónica. Cuando no sea posible, se debe tener en cuenta a las personas de riesgo y establecer un entorno seguro.

10. Garantizar una vuelta al colegio segura, con especial atención en los niños de riesgo, y aquellos que conviven con un familiar también vulnerable, que además deben poder acceder a sus terapias en el centro escolar. La escuela debe adaptarse a las necesidades de cada familia para no dejar a nadie fuera del sistema. En estos momentos se hace más patente la necesidad de incorporar la figura de la enfermera escolar en todos los centros.