Si bien el verano constituye la estación del año más beneficiosa para la mayoría de personas afectadas por la psoriasis, los pacientes, como recuerda Acción Psoriasis, miembro de Somos Pacientes, «deben extremar la precaución a la hora de tomar el sol y evitar cualquier riesgo de quemaduras que podrían empeorar las lesiones».
El abandono del estrés de la vida cotidiana, sumado a la exposición responsable al sol, contribuye a mejorar notablemente el estado de las lesiones propias de la psoriasis. Sin embargo, como explica Juana María del Molino, presidenta de Acción Psoriasis, «puede ocurrir que el paciente con psoriasis, al ver la mejoría que tomar el sol le proporciona en muchas ocasiones, olvide que debe llevar a cabo una exposición al sol moderada y responsable, de manera similar al resto de la población».
Por ello, y con objeto de que los pacientes disfruten del verano sin ningún tipo de inconveniente, Acción Psoriasis ha establecido una serie de recomendaciones «para que la época estival sea el momento idóneo para mejorar el estado de la piel del afectado de psoriasis».
Exposición al sol
Como norma general, Acción Psoriasis recuerda la necesidad de evitar la exposición al sol en las horas centrales del día –entre las 12 del mediodía y las cinco de la tarde– y proteger adecuadamente la piel no afectada por psoriasis con cremas solares y los ojos con gafas de sol y gorra.
Como indica la Dra. Carmen Brufau, jefe de Sección de Dermatología del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia, «conviene recordar que las cremas solares solo protegen durante las dos horas siguientes a su aplicación y que necesitan ser aplicadas unos 20 minutos antes de la exposición al sol; en el caso de las lesiones de psoriasis, es útil exponerlas al sol sin crema solar durante unos minutos, que irán aumentando progresivamente hasta un máximo de 10 o 15, para luego pasar a protegerlas con la crema solar como ya se ha hecho desde el inicio con el resto de la piel sana» Es muy importante tener esto en cuenta para evitar quemaduras solares que podrían empeorar las lesiones.
En este contexto, asimismo, «debe tenerse en cuenta –continúa Brufau– que algunas cremas utilizadas para el tratamiento de la psoriasis se inactivan con la exposición al sol, como los derivados de la vitamina D». Asimismo, algunos medicamentos tópicos pueden aumentar la sensibilidad de la piel al sol, por lo que el paciente «no debe aplicarse tratamientos tópicos antes de exponerse al sol», señala.
Baños de mar
Además de la exposición al sol, los baños en el mar también contribuyen a mejorar las lesiones de psoriasis en la mayoría de los casos. Sin embargo, y si bien el ambiente húmedo de la costa contribuye a hidratar la piel, el paciente con psoriasis, tal y como sucede durante el resto del año, no debe olvidar la hidratación de su piel.
Como apunta Acción Psoriasis, «la piel seca origina picor e irritación, y puede empeorar la psoriasis, por ello es particularmente importante aplicar lociones y leches hidratantes después de tomar el sol, dado que los rayos solares resecan más la piel; ee esta manera, ayudaremos a reblandecer la escama y a aumentar la elasticidad de la piel».
Controlar el estrés
De manera similar a la exposición moderada al sol y los baños de mar, los balnearios también ofrecen notables beneficios a los pacientes con psoriasis. Así, «y además del efecto directo en la piel que pueden tener las aguas medicinales y la aplicación de lodos y otras sustancias –recuerda Acción Psoriasis–, el ambiente de tranquilidad y reposo característico de estas instalaciones contribuye a disminuir el estrés acumulado durante el resto del año, cosa que mejora la psoriasis».
Asimismo, el ejercicio físico también puede contribuir a controlar el estrés. En este sentido, «es importante tener en cuenta que, al practicar deporte, la fricción repetida de la piel puede irritarla y empeorar la psoriasis (fenómeno isomorfo), desencadenando nuevas lesiones en las zonas de roce o empeorando las que ya existían; por ello, es recomendable evitar en lo posible la ropa excesivamente apretada, así como el roce con las costuras, las etiquetas o el calzado», apunta la Asociación.
Tabaco y alcohol
Finalmente, Acción Psoriasis recuerda los efectos negativos sobre la enfermedad del tabaco y el alcohol. Así, el alcohol, tal y como sucede con el exceso de peso, aumenta el riesgo de enfermedad sistémica y dificulta el control de las lesiones cutáneas.
Por su parte, el tabaco, «además de los efectos cancerígenos conocidos, favorece la inflamación y, por lo tanto, puede empeorar la psoriasis; de hecho, la extensión de la psoriasis está relacionada con la cantidad diaria de cigarrillos, sobre todo en las mujeres y en las formas pustulosas de la enfermedad», explica la Dra. Brufau. Teniendo en cuenta todo esto, las vacaciones de verano pueden ser un buen momento para dejar de fumar, decisión esta que redundará sin duda en un notable beneficio para el afectado de psoriasis.