Vivir después de un ictus atiende a las personas que han superado un ictus provocándoles una discapacidad y/o una situación de dependencia. El proyecto lo impulsa la Fundación Ictus en colaboración de las  cuatro asociaciones de pacientes de ictus de Barcelona, Lleida, Girona y Tarragona, con un servicio de atención social complementario a los servicios públicos. El proyecto actúa en el momento que la persona superviviente de ictus recibe el alta hospitalaria. Acompañamos al paciente y a sus familiares durante el proceso rehabilitador y de adaptación a la nueva situación de discapacidad, con actuaciones dirigidas a mejorar su calidad de vida, promocionando la autonomía y el desarrollo psicosocial.

El proyecto quiere potenciar la red de asociaciones existentes con la creación de nuevas sinergias. «Lo que hace levantarnos cada día para generar complicidad y una red cada vez más grande, son las personas. Nadie está solo. La Fundación está aquí para garantizarlo. Para que la persona superviviente encuentre apoyo en cualquier lugar».

El proyecto beneficia a 540 personas supervivientes de ictus, y 1080 personas familiares y/o cuidadoras. El proyecto cuenta con una  experiencia de dos años. En este tiempo hemos detectado un incremento de usuarios y de actividades.