La epigenética, el estudio de los cambios en la actividad de los genes capaces de producirse sin que haya cambios en la secuencia del ADN, es un campo muy estudiado dentro de la biomedicina y, por supuesto, en el de la medicina reproductiva debido a la importancia de sus efectos en los futuros bebés. Y es que, «los cambios epigenéticos pueden ser heredados de una generación a la siguiente condicionando el riesgo de padecer algunas enfermedades”, explica el Dr. Luis Rodríguez-Tabernero, director médico de Clínicas VIDA y director de Clínicas VIDA Valladolid. Es decir, la forma en la que se activan y desactivan esos genes puede dar lugar a variaciones en su naturaleza que, a su vez, aumentan el riesgo de padecer enfermedades.
La madre gestante juega un papel crucial en el desarrollo del futuro bebé, pudiendo condicionar cambios epigenéticos en él tanto durante la gestación como después del parto. Las variaciones que pueden llegar a experimentar son motivadas por factores muy comunes como la dieta, el ejercicio o los tóxicos ambientales.
Durante el embarazo, las condiciones que se encuentra el feto dentro del útero materno son determinantes para su desarrollo; factores como la nutrición materna, los niveles de estrés o la exposición a tóxicos, pueden generar cambios en la epigenética fetal. En el caso de malnutrición se pueden alterar los genes que regulan el metabolismo y el crecimiento del feto; mientras que otras afecciones en la madre como la ansiedad pueden provocar que hormonas segregadas como el cortisol atraviesen la placenta y modifiquen la expresión de genes dedicados a la regulación del desarrollo neurológico y el comportamiento.
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Después del nacimiento a través de, sobre todo, la lactancia, la expresión de los genes del bebé relacionados con el sistema inmunológico y el desarrollo metabólico también pueden verse alterados. “Todos estos cambios epigenéticos pueden tener efectos a largo plazo en la salud y el comportamiento del niño, y pueden incluso ser transmitidos a las generaciones futuras”, explica Luis Rodríguez-Tabernero.
Epigenética y ovodonación
Pero, ¿qué ocurre cuando los óvulos son de una donante y se implantan en el útero de la madre gestante? Aunque el embrión en un embarazo por ovodonación tiene la carga genética de la donante, la madre gestante influye significativamente en la expresión de esos genes a través de múltiples mecanismos epigenéticos, algo que empieza desde la misma implantación ya que, a nivel intrauterino, el tejido que recubre el útero produce diferentes moléculas que pueden modificar la forma en que los genes del embrión se activan o desactivan. A este fenómeno se le llama ‘impronta genética’.
La salud nutricional de la madre gestante, una vez más, también entra en juego aún en una gestación fruto de ovodonación.