Las personas que no incluyen ácidos grasos omega-3 en su dieta sufren un mayor envejecimiento cerebral. Según concluye un estudio publicado en la revista ‘Neurology’, los niveles bajos en sangre de ácidos grasos omega-3, concretamente de los ácidos docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA), que se encuentran comúnmente en el pescado, se asocian con una mayor pérdida de la capacidad de memoria y de las habilidades de pensamiento.
En palabras del Dr. Zaldy S. Tan, del Centro Mary S. Easton para la Investigación de Alzheimer de la Universidad de California Los Ángeles (Estados Unidos) e investigador principal del estudio, «las personas con bajos niveles sanguíneos de ácidos grasos omega-3 tienen un menor volumen cerebral, equivalente a dos años de envejecimiento estructural del cerebro».
Memoria y pensamiento
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores sometieron a los participantes –1.575 personas sin demencia y una media de edad de 67 años– a distintas pruebas para analizar su función cognitiva, su masa corporal y los niveles sanguíneos de ácidos grasos omega-3. También utilizaron técnicas de resonancia magnética nuclear para analizar el cerebro de los participantes.
Por lo que respecta a los resultados, los autores observaron que las personas con niveles bajos de DHA tenían un menor volumen cerebral. Asimismo, los participantes con bajos niveles de todos los tipos de ácidos grasos omega-3 también obtuvieron peores calificaciones en las pruebas de memoria visual, función ejecutiva –por ejemplo, la resolución de problemas– y pensamiento multitarea y abstracto.
Corazón y cerebro
En definitiva, las conclusiones del estudio, unidas a las alcanzadas en investigaciones previas, constatan los beneficios asociados con la ingesta de dietas ricas en ácidos grasos omega-3. Y no sólo a nivel coronario, sino también del cerebro. De hecho, según apunta el Dr. Tan, «creemos que el beneficio de los ácidos grasos sobre el envejecimiento cerebral deriva del efecto de estos nutrientes sobre la salud vascular«. En este contexto, el Dr. Tan recuerda la clave para mejorar los niveles de ácidos grasos: «simplemente, comer pescado«.
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