Según los últimos datos del IMSERSO, un total de 83.589 personas en España están dadas de alta en el convenio especial de cuidadores no profesionales de personas en situación de dependencia. De estas, el 87,9%, lo que equivale a casi 9 de cada 10, son mujeres. Con los resultados del estudio ‘La perspectiva de las personas cuidadoras desde un análisis de genero’ publicado en 2023 por la Revista de Salud Pública, y teniendo en cuenta los datos de IMSERSO, se reafirma que las mujeres cuidadoras soportan una mayor carga relacionada con los cuidados de personas en estado de dependencia.

En 2024, el contexto de las personas cuidadoras en España se mantiene como un tema de especial relevancia y con gran complejidad, también para aquellas personas que sí que se dedican profesionalmente al cuidado de los demás. Las condiciones laborales en este ámbito siguen siendo un desafío; muchos profesionales enfrentan salarios bajos, largas horas de trabajo y tareas que van más lejos de sus responsabilidades iniciales.

Con el envejecimiento de la población y la mayor detección de enfermedades, la demanda de cuidadores sigue aumentando en España, y, se estima que para 2040 se lleguen a necesitar casi el doble de empleados en este sector.

Todo esto es un reflejo que demuestra que, a pesar de los avances, aún existen muchos retos por superar con el objetivo de mejorar las condiciones y el reconocimiento de las personas cuidadoras en España. En este contexto, Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, pone en relieve la importancia de cuidar del bienestar de las personas que nos cuidan, y, para conseguirlo, comparte el decálogo perfecto para que no se les escape ningún detalle.

Decálogo para el bienestar de las personas cuidadoras

Muy a menudo, los cuidadores se enfrentan altos niveles de estrés y agotamiento físico y emocional, por lo que contar con un buen apoyo, atención y herramientas para el cuidado de uno mismo, entre otros, contribuirá a un mejor cuidado de las personas a las que a las que atiendan. Es decir, un mayor bienestar por partida doble.

Con este objetivo, Mar Santamaria comparte el decálogo completo para que las personas cuidadoras cuenten con una salud óptima, y conseguir, de esta forma, un bienestar social que abarque todas las dimensiones:

  1. Cuidar a otras personas es una labor que requiere gran dedicación física y mental. Pero ¡atención! No abandones tu propio cuidado. Tú lo mereces tanto como los demás.
  2. Reflexiona e identifica tus propias necesidades: de salud y autocuidado, descanso, de tiempo de desconexión y otras que consideres importantes para ti. ¿Cuáles están cubiertas? ¿Respecto a qué otras podrías necesitar ayuda externa?
  3. Haz una lista de los recursos que tienes a tu alcance y que pueden brindarte ayuda y/o contribuir a cubrir estas necesidades: trabajadores y orientadores sociales, profesionales de la salud, voluntarios y asociaciones sin ánimo de lucro, programas municipales, y red de apoyo en tu entorno comunitario.
  4. Sociabiliza, no te aísles y comparte tus alegrías y preocupaciones: con personas de confianza, vecinos, comerciantes del barrio y familiares.
  5. Este mínimo espacio para ti, para el descanso, los hobbies y aficiones o la desconexión debería ser innegociable: cuídalo y dale el tiempo que merece, sea el que pueda ser.
  6. Si en alguna ocasión te sientes desbordado/a, pide ayuda activamente a tu red de apoyo. Las personas de tu entorno pueden aportar su granito de arena, todo suma: desde un pequeño favor o conversación relajada, hasta un apoyo más activo e implicado.
  7. Estate atento/a a la aparición de síntomas asociados al “síndrome del cuidador” como: gran agotamiento o cansancio, estado de ánimo decaído durante tiempo prolongado, pensamientos negativos que invaden el día a día. Detectarlo y pedir ayuda a tiempo es fundamental.
  8. Cuida tu alimentación y estilo de vida: compra y cocina alimentos de temporada y proximidad, ricos en nutrientes: hortalizas, frutas, carne y pescado, legumbres, frutos secos… Muévete y evita el sedentarismo, así como los hábitos tóxicos que todo lo complican: el tabaco y el consumo de alcohol.
  9. Siéntete muy orgulloso/a, cada día, de esta gran tarea que realizas. Los cuidados de familiares y otras personas, tanto de manera profesionalizada como cotidiana, están poco visibilizados y recompensados social y retributivamente.
  10. Es labor de todos, por tanto, seguir reivindicando el cuidado digno y humanizado de las personas que lo necesitan y reconocer el rol esencial de sus cuidadores, así como la necesidad de recursos suficientes.

Así pues, el bienestar de los cuidadores es esencial para garantizar un cuidado de calidad. Con esto, se destaca la importancia de que los cuidadores puedan cuidar de sí mismos, identificando sus necesidades y poniendo en marcha todos los recursos disponibles.

Sin duda, un enfoque integral y el apoyo adecuado, podrán mejorar significativamente a su salud, lo que contribuirá en un mayor bienestar para toda la sociedad.