La prevalencia de la población asmática adulta que vive con asma grave no controlada se encuentra, aproximadamente, entre el 4 y el 4,9% según diferentes metodologías de distintos estudios. Dichos porcentajes implican una carga elevada para el paciente y el sistema sanitario, que se manifiesta principalmente en mortalidad (provocando 1.118 muertes en 2071), calidad de vida (un 25% de los pacientes asmáticos sufren trastornos emocionales y entre un 70-100% de los pacientes manifiestan algún grado de incapacidad funcional) y coste económico (el coste directo del asma equivale al 2% del gasto sanitario total, lo que equivale a 1.480 millones de euros al año).
La notable incidencia de esta patología, junto con la mortalidad y morbilidad asociadas llevó a la creación del Instituto Nacional de Asma Grave (INAG) en 2021, con el objetivo de contribuir al avance en el abordaje del asma grave involucrando a todos los agentes implicados para conseguir una mejora en el manejo de los pacientes con esta patología. Como parte de este proyecto y con el objetivo de seguir concienciando sobre el asma grave, el INAG ha elaborado un decálogo que recoge una serie de propuestas y recomendaciones sobre esta patología.
Entre las recomendaciones incluidas destacan el fomento de la formación de los profesionales sanitarios, tanto en atención primaria como especializada, así como la promoción de la investigación sobre los biomarcadores para mejorar la fenotipificación de los pacientes y favorecer un tratamiento individualizado.
El Dr. Javier Domínguez, alergólogo del Hospital Universitario La Paz de Madrid y firmante del decálogo impulsado por INAG como miembro de su Comité, destaca: «Aunque tenemos una guía de manejo de la enfermedad como la guía GEMA, establecer unas prioridades a través de este decálogo nos puede ayudar a que, desde todos los estamentos en los que se atienden a los pacientes con asma, pueda haber una línea común, unas directrices concretas y, evidentemente, eso redunda en una mejor atención de la enfermedad”.
Creación de Unidades de Asma Grave
En España existe un infradiagnóstico del asma grave, provocado principalmente por dos razones: pacientes no diagnosticados debido a la dificultad de acceso a médicos y centros especializados y pacientes con un diagnóstico erróneo debido a una confusión de los síntomas del asma no controlada con otras enfermedades respiratorias. En este sentido, el decálogo impulsado por INAG recoge la importancia de fomentar la creación de Unidades de Asma Grave acreditadas por las sociedades científicas en todas las áreas hospitalarias del país y su reconocimiento por parte de la administración sanitaria.
El Dr. Francisco Javier Álvarez Gutiérrez, neumólogo del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, director de PII Asma de SEPAR y firmante del decálogo impulsado por INAG como miembro de su Comité, afirma que “es fundamental que la administración sanitaria reconozca las acreditaciones de las Unidades de Asma Grave que se han establecido por las sociedades científicas (SEPAR y SEAIC) desde hace años en nuestro país. Estas acreditaciones se establecen mediante criterios y baremos objetivos que ponderan la actividad asistencial, formación e investigación de cada una de las unidades de asma y ha supuesto un avance indudable en mejorar la calidad de la asistencia en los últimos años”.
Sin embargo, tal y como explica el Dr. Álvarez, estas unidades no tienen ningún reconocimiento oficial por parte de la administración sanitaria. “El reconocimiento llevaría a la presencia equitativa por cada comunidad autónoma, mejorando la equidad en la asistencia sanitaria y unos recursos apropiados, así como capacitación del personal que configura la unidad de asma para su mantenimiento”, subraya.