Los pacientes con enfermedad de Parkinson podrían beneficiarse de la práctica del Tai Chi dos veces por semana. No en vano, y según un estudio publicado en la revista ‘The New England Journal of Medicine’, los enfermos que siguen un programa individualizado de dos sesiones por semana experimentan una mejoría de la estabilidad postural y de la capacidad para caminar, al tiempo que reducen el riesgo de caídas.

El estudio, llevado a cabo por el Instituto de Investigación de Oregón (ORI) con 195 pacientes, muestra que los pacientes con Parkinson que participaron durante seis meses en dos sesiones semanales de 60 minutos eran capaces de inclinarse en cualquier dirección sin perder el equilibrio. Asimismo, también tuvieron un mejor control de su cuerpo y una mayor capacidad para caminar.

Es más; los pacientes que practicaban Tai Chi redujeron significativamente la incidencia de caídas en comparación con los que sólo practicaron ejercicios de estiramiento.

En cualquier momento

En palabras del Dr. Fuzhong Li, director de la investigación, “hay una serie de ventajas prácticas en el uso del Tai Chi para mejorar la disfunción motora que causa la enfermedad de Parkinson”.

A ello debe sumarse, como reconocen los autores, “que se trata de una actividad de bajo coste que se puede hacer en cualquier lugar y en cualquier momento, y los movimientos se pueden aprender fácilmente”.