Aunque ha tardado en ganar visibilidad en la conversación pública, la endometriosis afecta a una de cada diez mujeres en edad reproductiva. Habitualmente, el dolor intenso y las molestias que provoca se normalizaban y se asociaban a los síntomas comunes de la menstruación, lo que ha generado un gran desconocimiento sobre esta enfermedad y ha dejado a muchas mujeres en una situación vulnerable, sin esperanzas de mejoría y con importantes consecuencias psicológicas. No obstante, gracias a los avances tecnológicos en medicina, existen tratamientos que permiten gestionar la endometriosis y mitigar su progresión. Un ejemplo de ello es la cirugía robótica asistida con el sistema robótico da Vinci.
Esta técnica quirúrgica de vanguardia mínimamente invasiva es especialmente útil para las mujeres que padecen endometriosis profunda infiltrante, caracterizada por el crecimiento benigno de tejido endometrial fuera del útero. Se trata de una afección que puede causar absentismo escolar o laboral y, en los casos más avanzados, dolor pélvico crónico, resistente a antiinflamatorios y analgésicos, lo que limita significativamente la vida de la paciente.
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El doctor Vicente Payá, jefe de sección del servicio de ginecología del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia y cirujano robótico, ha comentado que, en los casos de endometriosis más complejos, “suele presentar trastornos psicológicos debido al dolor pélvico crónico, principalmente ansiedad y depresión, y alteraciones en la capacidad de trabajo, en las relaciones sociales, familiares, de pareja y laborales, comprometiendo de forma importante la calidad de vida de la mujer”.
Por ello, abordar la endometriosis desde sus primeros síntomas es crucial para obtener los mejores resultados y minimizar sus efectos. La cirugía robótica da Vinci representa el último avance tecnológico en la cirugía mínimamente invasiva. Este sistema permite al cirujano controlar manualmente los mandos de una consola situada en el quirófano, la cual traslada sus movimientos a los brazos robóticos.
Esta técnica quirúrgica ofrece numerosas ventajas clínicas para las pacientes antes, durante y después de la intervención, como la reducción del dolor postoperatorio, un tiempo de recuperación más corto y cicatrices que se vuelven prácticamente imperceptibles con el tiempo. Además, que permite a las mujeres retomar su vida normal más rápido.