La práctica de ejercicio moderado a intenso aumenta el rendimiento académico de los adolescentes, muy especialmente de las mujeres en las asignaturas de ciencias. Además, el rendimiento es mayor cuanto más intenso es el ejercicio. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Dundee (Reino Unido) y publicado en la revista British Journal of Sports Medicine.
En palabras de la doctora Jessie N. Booth, directora de la investigación, “los resultados muestran un efecto dosis-respuesta, por lo que cuando se practicó una actividad física más intensa, mayor fue el impacto en los resultados de las pruebas. Unas evidencias que, por tanto y de confirmarse, podrían tener implicaciones para la salud pública y las políticas educativas”.
Ejercicio y rendimiento académico
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron los datos de 4.755 menores incluidos en el como Estudio Avon Longitudinal de Padres e Hijos (ALSPAC), trabajo diseñado para evaluar la salud a largo plazo de cerca de 14.000 niños nacidos en los años 1991 y 1992 en el suroeste de Inglaterra.
Los investigadores utilizaron acelerómetros durante periodos de 3-7 días la duración para medir la intensidad de la actividad física diaria de los niños a la edad de 11 años. Los resultados mostraron que la media de minutos diarios de ejercicio moderado-intenso fue de 29 para los varones y de 18 para las niñas –por tanto, muy inferior a los 60 minutos diarios recomendados.
Posteriormente, los investigadores analizaron el rendimiento de los niños a las edades de 11, 13 y 15-16 años en las asignaturas de lengua, matemáticas y ciencias, rendimiento que fue relacionado con el ejercicio practicado individualmente por cada niño a la edad de 11 años.
Ajustados los datos en función de distintas variables –entre otros, el peso al nacer, la edad de la madre en el parto, el tabaquismo durante el embarazo o los factores socioeconómicos–, los resultados mostraron que los niños que practicaron más ejercicio tuvieron mejor rendimiento académico a las edades de 11 y 13 años. Un beneficio, además, que resultó especialmente notable en el caso de las niñas en las asignaturas de ciencias.
Finalmente, y por lo que respecta al rendimiento a los 15-16 años, los resultados mostraron de nuevo una relación entre la duración e intensidad del ejercicio y el rendimiento académico, con un incremento en el rendimiento por cada 17 minutos diarios adicionales de ejercicio en los niños y 12 minutos en las niñas. Una vez más, el beneficio resultó significativo en el caso de las adolescentes en las asignaturas de ciencias.
– ¿Quieres leer (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘British Journal of Sports Medicine’?