Las infecciones respiratorias continúan siendo la tercera causa de fallecimiento en nuestro país. Tras varios años en los que este tipo de enfermedades han adquirido un papel central en la sociedad, el escenario actual de estas infecciones es complejo. Y es que los virus respiratorios también se relacionan entre ellos, estando algunos definidos por patrones globales relacionados con la actividad de los patógenos y presentando una estacionalidad recurrente. En este contexto, las herramientas disponibles para inmunizar a la población más vulnerable pueden ayudar a reducir su impacto y prevalencia a nivel mundial, así como a desarrollar estrategias de salud pública y programas de control eficaces.

“Entre los virus hay una competencia de manera que la mayor circulación de uno de ellos puede llevar al descenso de otros como nos pasó durante la pandemia, aunque el VRS y el virus influenza suelen circular en momentos diferentes para no competir. Pero, en cambio, con cualquiera de los tres virus hay una coinfección bacteriana habitualmente por neumococo”, afirma Ángel Gil, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, durante su intervención junto a otros expertos en el VII Seminario para periodistas Pfizer-ANIS, “La vacunación te acompaña en todas las etapas de la vida”.

Así, prosigue el profesor, en el presente las infecciones respiratorias “se mantienen en una situación endémica sostenida y, en el caso de la gripe, hemos vuelto a la situación de epidemias estacionales, la COVID-19 ha descendido y claramente es endémica. En el caso del VRS en adultos seguimos sin tener una información real, pero muy parecida a la gripe, por lo que cabe pensar que, si hiciésemos un mejor diagnóstico, veríamos que la situación es mayor de la que estimamos. Y, respecto a la neumonía neumocócica, sigue siendo la principal causa de muerte por una enfermedad infecciosa en nuestro país”.

La inmunización materna es clave para nacer protegido

En este panorama con múltiples virus respiratorios en circulación, la inmunización materna es una estrategia que protege activamente a los niños pequeños durante sus primeros meses de vida, cuando son más vulnerables, además de ser también un mecanismo de protección para la madre. Sin embargo, pese a las recomendaciones de los organismos de salud pública nacionales e internacionales, la vacunación durante el embarazo todavía es una herramienta infrautilizada.

En concreto, la inmunización materna consiste en vacunar a las mujeres embarazadas con el objetivo de conferir una protección indirecta a los lactantes a través de los anticuerpos que pasan de la madre al feto a través de la placenta, lo que reduce la vulnerabilidad del bebé desde el momento del nacimiento. No obstante, se trata de un método de prevención de enfermedades que aún no se ha consolidado entre la población, “pese a haberse demostrado la seguridad y eficacia de las vacunas utilizadas actualmente, como la vacuna frente a la gripe o la vacuna frente al tétanos, difteria y tos ferina (dTpa). La integración de las prácticas de inmunización materna en las visitas rutinarias, sobre todo en atención prenatal, puede brindar una oportunidad para fortalecer y mejorar la confianza y el uso de la vacunación entre mujeres embarazadas”, señala la Dra. Carmen Pingarrón, jefa de servicio de Ginecología y Oncoginecología del Hospital Quirónsalud San José de Madrid y profesora asociada en Medicina en la Universidad Europea de Madrid.

Además, Pingarrón añade que la ayuda gubernamental para la implementación vacunal es clave en este aspecto, para que sean incluidas dentro de los calendarios vacunales. “Es importante nacer protegido: muchas vacunas no se administran a los lactantes hasta que tienen al menos 6 semanas y, a menudo, requieren dos dosis para lograr una protección completa, lo que deja un intervalo crítico en el que corren un mayor riesgo de infección”.

Retos pendientes y próximos avances en la vacunación infantil

Tras estos primeros meses de vida, la vacunación infantil continúa siendo crucial para proteger a la población frente a enfermedades prevenibles. En el caso de las infecciones respiratorias, la inmunización en edad pediátrica no solo protege a los menores durante una etapa vital en la que son un grupo en pleno desarrollo especialmente susceptible de contraer determinadas enfermedades graves, sino que, a su vez, ayuda a proteger a otros colectivos vulnerables por el efecto indirecto de protección que generan las vacunas al disminuir la trasmisión del patógeno. De este modo, mediante el cumplimiento de la cartilla de vacunación y administrando las profilaxis recomendadas por los pediatras durante la infancia, se potencia la inmunidad de rebaño.

Respecto a las infecciones respiratorias que actualmente tienen mayor impacto durante la infancia, la Dra. Garcés Sánchez apunta que “afectan sobre todo a los menores de 5 años, que son los que más riesgo de enfermedad grave tienen. Por ejemplo, la tosferina es causante de más del 80% de los cuadros graves que necesitan ingreso por debajo de los 3 meses de vida y, en el caso de la gripe, la proporción de población infantil afectada durante las epidemias anuales varía entre el 30 y 40 % a nivel general, siendo las tasas de hospitalización en niños sanos menores de 2 años similares o incluso superiores a las de las personas de 65 o más años. Por tanto, es indudable que estas enfermedades tienen un impacto significativo en forma de costes para el sistema sanitario y también desde el punto de vista social”.

Vacunación en adultos o cómo proteger la salud a largo plazo

Por otro lado, el aumento de la esperanza de vida en España conlleva un incremento de patologías crónicas. Teniendo en cuenta que la protección de algunas vacunas infantiles puede desaparecer con el tiempo y que el envejecimiento debilita el sistema inmunológico, las vacunas se vuelven imprescindibles para ayudar a prevenir las infecciones, pero también para evitar posibles complicaciones asociadas a las enfermedades, especialmente en personas con condiciones crónicas como la diabetes, asma u obesidad.

“La presencia de estas patologías crónicas, junto con la edad, que ya es un factor de riesgo debido al fenómeno de inmunosenescencia, al que también se unen aquellas patologías (por ejemplo artritis reumatoide, enfermedad de Crohn…) que precisan tratamiento que afectan al sistema inmunitario, provoca que los pacientes crónicos sean más vulnerables a infecciones, y las más frecuentes son infecciones respiratorias; por eso la vacunación en la edad adulta es tan importante para lograr un envejecimiento saludable”, enfatiza la Dra. Isabel Jimeno, responsable del Grupo de Vacunas de SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia) y miembro del grupo NeumoExpertos.

Así, ante enfermedades respiratorias que tienen un impacto significativo en la salud pública y constituyen una amenaza para los adultos mayores y pacientes crónicos, la vacunación puede mejorar nuestra defensa contra los patógenos y proporcionarnos un envejecimiento más saludable. Por eso, para mejorar las coberturas vacunales entre los adultos “hay que trabajar sobre los actores más importantes: la población, los profesionales sanitarios y los medios de comunicación”, remarca la Dra. Jimeno.