Las respiraciones lentas y profundas, contrariamente a como se ha creído tradicionalmente, no alivian los sofocos durante la menopausia. Según muestra un estudio publicado en la revista Journal of General Internal Medicine, la realización de entre seis y ocho respiraciones por minuto, durante 15 minutos ante el inicio de un sofoco, técnica que tanto los especialistas como la Sociedad Norteamericana para la Menopausia (NAMS) recomiendan utilizar dos veces al día, podría no tener utilidad.

En palabras de la Dra. Janet Carpenter, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos) y autora principal de la investigación, «en virtud de los resultados de nuestro estudio, no recomendaría a las mujeres a aprender técnicas de respiración para tratar estos sofocos; de hecho, las descartaría pues son inútiles y retrasan el inicio del tratamiento adecuado».

Igual que no hacer nada

Las técnicas de respiración lenta se utilizan para inducir la relajación y, supuestamente, regulan algunas de las funciones del sistema nervioso que controlan la frecuencia cardiaca y otras funciones corporales básicas. En consecuencia, se trata de técnicas muy empleadas tanto por las mujeres que no quieren seguir una terapia hormonal sustitutiva (THS) –el tratamiento más eficaz para tratar los síntomas de la menopausia– como por aquellas que al presentar diversas enfermedades, caso del cáncer de mama, no pueden recibir THS.

Sin embargo, el nuevo estudio, llevado a cabo con 218 mujeres –96 supervivientes de cáncer de mama y 122 menopáusicas sin cáncer repartidas en tres grupos: técnicas de respiración lenta a diario, placebo, y no hacer nada– parece mostrar que estas técnicas no son eficaces.

Concretamente, los investigadores solicitaron a 88 participantes que utilizaran la técnica de respiración lenta cuando sentían un sofoco; a 86 que hicieran respiraciones cortas y rápidas; y a 44 que no hicieran nada y respiraran normalmente.

Analizando los resultados a las ocho y a las 16 semanas, los investigadores no observaron diferencias significativas entre los tres grupos. Se observó que algunas mujeres sintieron menos sofocos diarios, así como que su gravedad e impacto también disminuyeron en el tiempo. Pero estas mujeres no se encuadraban únicamente en el grupo de respiraciones lentas y profundas, sino que se repartían indistintamente entre los tres grupos.