Los desfibriladores localizados en espacios públicos han demostrado ser útiles para salvar la vida de muchas personas tras sufrir una parada cardiaca, especialmente en el ámbito urbano. ¿Pero qué ocurre en los espacios rurales, donde los tiempos de espera de los servicios de emergencia son mucho mayores? De ello habla el estudio Impacto pronóstico de la desfibrilación de acceso público en la parada cardiaca extrahospitalaria por ritmo desfibrilable, presentado en el último Congreso de la Sociedad Española de Cardiología y que está a punto de ser publicado.

Somos Pacientes ha podido hablar con uno de sus autores, Manjot Singh Kaur, cardiólogo del Hospital Universitari Dr. Josep Trueta (Girona). Éste explica que los casos desfibrilados antes de la llegada de los profesionales de urgencias mostraron una mejor recuperación y una menor mortalidad una vez llegados al hospital (el estudio sólo recoge los casos de personas que ingresaron vivas según los registros del centro sanitario donde se realizó).

En concreto, para este estudio se ha utilizado la información de 457 supervivientes llegados desde zonas rurales al Hospital Dr. Josep Trueta, de los cuales casi un 75% fueron rescatados por sistemas de desfibrilación pública. Por otra parte, la mortalidad intrahospitalaria fue del 22,2% en este mismo grupo, frente a casi el 40% de los que fueron atendidos por emergencias. «El tiempo que se tardó en atenderles con estos desfibriladores fue determinante también para que el pronóstico neurológico de las personas del primer grupo fuese más favorable», confirma Singh.

Apoyo público

Éste explica que han contado con el apoyo de DipSalut, el organismo de la Diputación que se encarga de los temas de salud, para poder recabar datos que aporten evidencia. «Esta entidad cuenta con los registros de los desfibriladores que han sido utilizados, mientras que nosotros desde el hospital tenemos a los enfermos que ingresan en el centro». Aunque aclara que no ha sido posible incluir los datos de los servicios de emergencias ni, sin ellos, la información sobre fallecimientos antes de llegar al centro hospitalario.

La mayoría de las personas rescatadas fueron hombres de unos 60 años que habían sufrido un infarto. «Queríamos plasmar cómo influye la geografía dispersa en los tiempos de respuesta y cómo mejora la desfibrilación los resultados de salud. En este sentido, se han analizado los registros de los desfibriladores que encontramos en espacios públicos, como colegios y gimnasios, y los que se le entregan a los primeros intervinientes: policía, bomberos, forestales, etc.», puntualiza el cardiólogo.

desfibriladores

Falta formación

El informe demuestra que en estos últimos casos la efectividad es mayor, principalmente porque la experiencia y conocimiento que estos profesionales tienen en el uso de los desfibriladores es muy superior a los del resto de la sociedad, además de su contacto más ágil con los servicios de emergencia médicos. «Creemos que esto podría mejorar con una ampliación de las redes de desfibrilación públicas por las zonas más deslocalizadas, donde se ha visto que son menores, así como con programas para aprender a utilizar estos dispositivos entre nichos de población, como se ha hecho recientemente con unos 14.000 estudiantes de instituto de toda Girona», comenta el autor del estudio.

«Hay que promover más ese tipo de prácticas y de concienciación ante la parada, porque la gran mayoría no se detectan a tiempo y el porcentaje de reanimación con desfibrilación antes de la llegada de los servicios de emergencia es muy baja, menor al 10%, según el Registro Español de Parada Cardiaca Extrahospitalaria, o Registro OSHCAR. Es un porcentaje muy mejorable, y para ello hace falta actuación a nivel poblacional», advierte Singh.

Desde su punto de vista, estas políticas públicas de formación podrían ser muy positivas. «Estamos preparando otro estudio para recabar nuevos datos que sirvan para concienciar de lo importante que es saber manejar los desfibriladores». Y es que no sólo aporta beneficios en la salud y en la calidad de vida de la población, sino también desde el punto de vista económico por la mejora del pronóstico de los pacientes que ha sido tratados con mayor rapidez usando estos dispositivos.