Los niños que no siguen un horario regular a la hora de acostarse presentan más problemas de conducta tanto en el hogar como en el colegio. Así sucede, cuando menos, a la edad de 7 años, de acuerdo con un estudio llevado a cabo por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista Pediatrics.

Por el contrario, aquellos niños en los que se incorporaban hábitos de sueño en su rutina diaria mejoraban su comportamiento. Y es que como explica la doctora Yvonne Kelly, directora de la investigación, «si los niños cambian constantemente las horas de sueño o se van a la cama a diferentes horas, lo más probable es que echen a perder su reloj biológico».A este respecto, cabe destacar que un estudio publicado por los mismos autores el pasado mes de julio ya constató que los niños que no siguen un horario regular de sueño tienen una peor capacidad cognitiva –por ejemplo, una peor comprensión de la lectura o peores puntuaciones en matemáticas.

Mal comportamiento, pero modificable

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron las valoraciones de comportamiento  realizadas por los padres y sus profesores de 10.230 niños de 7 años de edad incluidos en el Estudio de Cohorte del Milenio de Reino Unido y su relación con la rutina y horarios de sueño cuando tenían 3, 5 y 7 años. El estudio no incluyó niños diagnosticados con trastornos del espectro autista (TEA) o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Los resultados mostraron que cerca del 20% de los niños de 3 años, un 9% de los menores de 5 años y el 8% de los niños de 7 años no se acostaba nunca, o casi nunca, a la misma hora. Y alcanzada la edad de 7 años, la conducta de los niños sin una rutina del sueño era peor valorada por sus progenitores y maestros. No en vano, y comparados con aquellos que seguían un horario de sueño regular, eran más proclives a mostrarse desconsiderados con sus compañeros y sus mayores y a meterse en peleas.

Sin embargo, «cuando los niños pasaron de tener un horario no habitual a una hora regular para acostarse sus puntuaciones de comportamiento mejoraron en la siguiente encuesta”, destaca la doctora Kelly, para quien «esto es alentador, pues demuestra que los padres pueden realizar cambios que pueden influir en el comportamiento de sus hijos».

Por todo ello, los investigadores recomiendan a los padres que eviten que los niños vean la televisión antes de dormir y que adopten una rutina que incluyan un cuento antes de irse a la cama.

– ¿Quieres leer (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Pediatrics’?