Más de 350 oftalmólogos de España y Portugal se han reunido en Madrid con motivo de la 10ª edición de READYT, uno de los encuentros referentes en el campo de la retina médica en España. Organizado por la compañía biofarmacéutica AbbVie con el aval de la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), especialistas nacionales e internacionales debatieron sobre los últimos avances en el diagnóstico y tratamiento de patologías retinianas como el edema macular diabético (EMD), la oclusión venosa retiniana (OVR) o la uveítis. En esta edición, los expertos han identificado seis grandes retos en el abordaje del EMD.
Uno de ellos es el manejo de las personas con diabetes, quienes tienen hasta diez veces más probabilidades de desarrollar ceguera debido a enfermedades como el EMD. A pesar de este riesgo, solo entre el 20 y el 30% de los afectados se someten a revisiones oftalmológicas periódicas.
El cribado y diagnóstico del EMD también han sido identificados como retos clave debido a su papel en la detección precoz. “Esta es una patología que puede causar ceguera irreversible y, por ello, detectarla a tiempo es fundamental para minimizar la pérdida visual y mejorar la calidad de vida del paciente”, ha recordado la doctora Maribel López Gálvez, especialista del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega en Oviedo.
En esta línea, está cobrando relevancia el uso de la tomografía de coherencia óptica (OCT), una tecnología que está posibilitando “la identificación de biomarcadores inflamatorios, lo que nos permite personalizar los tratamientos y mejorar los resultados clínicos, o lo que es lo mismo: aplicar la medicina de precisión en la práctica clínica habitual, algo en lo que los retinólogos españoles somos pioneros”, ha añadido el profesor Alfredo García Layana, presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo. Según se ha puesto de relieve durante la reunión, esta capacidad para aplicar la medicina de precisión está suponiendo una revolución en el diagnóstico y tratamiento del EMD.
El empleo de este análisis de biomarcadores permitiría resolver otro gran reto que es la inercia terapéutica. Al permitir un enfoque más preciso y personalizado del diagnóstico y tratamiento del EMD, se suprime la necesidad de una aproximación terapéutica escalonada. “Esta precisión nos permite abandonar la estrategia de prueba y error y tratar a cada paciente con la opción terapéutica que mejor se ajuste a su perfil desde el diagnóstico”, ha explicado la doctora López Gálvez.
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Lista de espera en el SNS
Este avance es particularmente relevante en un contexto en el que la demanda asistencial en Oftalmología continúa en aumento. Los expertos han subrayado que esta es la especialidad con mayor lista de espera en el Sistema Nacional de Salud; y la segunda en lista de espera quirúrgica. Estos datos preocupan a los oftalmólogos, cuyos pacientes pierden visión, a veces de forma irreversible, mientras esperan a ser diagnosticados o a su próxima cita. Además, se ha subrayado la necesidad de contar con datos de práctica clínica que complementen a los de los hallazgos en ensayos, de forma que se evalúe la efectividad de los tratamientos en condiciones más representativas.
Así, uno de los objetivos de la reunión ha sido consensuar las claves para elevar los estándares de cuidado de los pacientes con patologías de la retina, promoviendo una mayor ambición terapéutica entre los oftalmólogos. Según García Layana, “estamos en un momento clave en el que tenemos la capacidad para intervenir antes de que la patología cause ceguera irreversible, y esto requiere de una mayor proactividad, también en la elección del tratamiento”.
Novedades en OVR y uveítis
Además del enfoque en EMD, los especialistas también han analizado cómo la medicina de precisión puede mejorar el tratamiento del edema macular secundario a OVR y de la uveítis; así como los últimos avances en cirugía de retina. La profesora Úrsula Schmidt-Erfurth, directora del Departamento de Oftalmología y Optometría de la Universidad Médica de Viena y referente internacional en Oftalmología, ha puesto de relieve el papel del fluido retiniano como un biomarcador clave en la toma de decisiones terapéuticas, resaltando que su control adecuado puede mejorar los resultados visuales y evitar complicaciones a largo plazo.