La dieta mediterránea se asocia con una mejor calidad de vida, fundamentalmente física, pero también mental. Así lo confirma un estudio publicado en la revista European of Clinical Nutrition realizado durante cuatro años por investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y de la Universidad de Navarra sobre más de 11.000 universitarios españoles.
En palabras de la Dra. Patricia Henríquez Sánchez, de la ULPGC e investigadora principal del estudio, «el progresivo envejecimiento poblacional en los países occidentales provoca un mayor interés por conocer los factores que pueden aumentar la calidad de vida y el estado de salud de la población». «Nuestro estudio demuestra que la dieta mediterránea es un importante factor asociado a una mejor calidad de vida y se debe considerar como un modelo de alimentación saludable«, añade la doctora Henríquez.
A nivel físico y mental
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron la ingesta dietética de los participantes desde su inicio, para transcurridos los cuatro años medir la calidad de vida por medio de cuestionarios. Así, y para juzgar la adherencia a la dieta mediterránea, se valoró positivamente el consumo de verduras, legumbres, frutas, frutos secos, cereales y pescado, y negativamente el consumo de carnes, lácteos y alcohol.
Los resultados muestran que las personas con una mayor adherencia a la dieta mediterránea tienen una mejor puntuación en las escalas mentales, y sobre todo físicas, del cuestionario de calidad de vida.
Características
La dieta mediterránea combina alimentos que deben consumirse diaria, semanal y ocasionalmente, entre los que no se puede prescindir de tres elementos básicos: cereales, verduras y frutas, y productos lácteos. Además, se debe garantizar el aporte diario de entre 1,5 y 2 litros de agua.
La principal fuente de lípidos, dada su calidad nutricional, es el aceite de oliva, y se recomienda un consumo moderado de vino u otras bebidas fermentadas. Por otro parte, el pescado, la carne magra y el huevo son fuente de proteínas de alta calidad de origen animal. El pescado y el marisco aportan, además, grasas saludables.
– ¿Quieres consultar el estudio (en inglés) publicado en la revista ‘European of Clinical Nutrition’?