De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para el año 2015 fallecerán 41 millones de personas como consecuencia de las enfermedades crónicas asociadas al tabaco, la falta de ejercicio y a la alimentación inadecuada. Y es que la obesidad no solo triplica el riesgo de diabetes, hipertensión arterial, hiperlipemia o la apnea del sueño, sino que también en un importante factor de riesgo de enfermedad coronaria, artritis y distintos tipos de tumores –entre otros, los de cáncer o los de colon.
Dieta mediterránea
En el caso específico de nuestro país, los estudios muestran un progresivo abandono de la dieta mediterránea. Así, y en la actualidad, los españoles consumen pocas frutas y verduras –solo el 43% toma verduras y hortalizas a diario, porcentaje que en el caso de la fruta es de únicamente un 37,8%–. E, igualmente, el consumo de fibra e hidratos de carbono también es inferior al recomendado. No así en el caso de la sal, las proteínas y las grasas saturadas, claramente excesivo.
Por ello, y para paliar esta situación, la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y la SEEN se han unido para diseñar un ‘‘lato ideal’ que ayude a controlar el peso y a combatir la obesidad.
Como explica el doctor Alberto Goday, vicepresidente de la SEEDO, «año tras año, en nuestro país hay un incremento constante y alarmante de las cifras de sobrepeso y obesidad; la población no está suficientemente concienciada y seguimos comiendo mal». Y asimismo, puntualiza, «si repetimos siempre los mismos consejos es porque no lo hacemos bien, y eso que los españoles sí saben cómo tienen que comer».
Plato ideal
El ‘plato ideal’ se presenta como una sencilla guía que, complementaria a la pirámide alimenticia y a través de imágenes, intenta aclarar a la población qué alimentos se deben consumir a lo largo del día, en qué cantidades y cuáles se deben tomar de manera excepcional.
Concretamente, el ‘plato ideal’ anima a aumentar el consumo de verduras, hortalizas, frutas, cereales –sobre todo integrales–, legumbres y grasas saludables –como el aceite de oliva–. Y a la vez, recomienda la disminución del consumo de los lácteos enteros –a favor de los desnatados– y de la carne roja rica en grasa –a favor de las magras y del pescado–. Asimismo, consumir un puñado de frutos secos al día también puede ser muy beneficioso para la prevención las enfermedades crónicas sin aumentar el riesgo de obesidad.
A ello se aúna la necesidad de la práctica regular de ejercicio físico –caminar al menos 30 minutos al día–, así como dormir las horas suficientes y controlar el estrés. «Cualquier alimento es bueno, no hay que demonizar ni prohibir ninguno, pero la cuestión está en la proporción en la que los tomamos; algo tan sencillo como moderar las raciones es una pauta muy válida para ayudar a controlar el incremento de peso», concluye el Dr. Goday.