El Hospital Universitario de La Princesa (Madrid), en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria IIS-Princesa y con la Asociación Española Contra el Cáncer, ha puesto en marcha la 5ª edición de la iniciativa ‘El Camino de tu Vida’, a través de la cual 19 pacientes de cáncer de mama recorrerán el tramo final del Camino de Santiago del 19 al 25 de mayo. Todas ellas estarán acompañadas por profesionales del centro especializados en esta patología bajo la coordinación de Anabel Ballesteros, oncóloga en este hospital.
En concreto, las acompañará un equipo multidisciplinar compuesto por especialistas en oncología médica y anatomía patológica, personal de enfermería y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, además de un autobús de apoyo que estará siempre pendiente del grupo. Saldrán de la localidad gallega de Sarriá y llegarán a Santiago de Compostela en cinco días, cubriendo una media de 25 kilómetros diarios. Al final de cada etapa, las participantes realizarán sesiones de grupo para compartir las experiencias y emociones del día.
Los médicos atenderán cualquier evento relacionado con la salud de las participantes mientras que enfermeras y auxiliares se ocuparán de todo tipo de cuidados. Especialmente en los pies, los grandes sufridores para cualquier peregrino y más aún en este caso, ya que algunos tratamientos contra el cáncer pueden afectar a la piel haciéndola más propensa a la aparición de heridas, ampollas o rozaduras.
Un reto emocional
Hasta el momento, el proyecto ‘El Camino de tu vida’ ha contado con la participación de un centenar de mujeres afectadas por cáncer de mama. Cada uno de los grupos siguió un itinerario parecido, aceptando el reto como una prueba de superación física y emocional, asimilable a su proceso patológico. En este sentido, el apoyo del personal sanitario es indispensable, además de mejorar la relación de confianza entre ambas partes a través de la experiencia conjunta.
Esto es esencial en un ámbito como el del cáncer de mama: para sus pacientes la terapia grupal a nivel psicológico tiene ventajas frente a la individual, ya que favorece el desarrollo psicológico positivo de la enfermedad y da la oportunidad de ampliar la red de apoyo social entre iguales a las mujeres que lo padecen. Y es que la información aportada por otras pacientes resulta de gran valor: se identifican con las experiencias, sentimientos y emociones del resto de sus compañeras, lo que les ayuda a sentirse comprendidas.