Esta es mi vida como la de cualquier mujer con PASION por su trabajo y AMOR a su familia.

 Tengo 48 años

y desde hace tres, el Universo o el destino,  ha girado  mi vida con nuevos acontecimientos  de alegría, incertidumbre y tristeza.

 Después de tanto esperar y desear a  los 45 años, la vida me brinda con dos hijos, tan ansiados para mi marido y para mí. Celebró  mi rol de MADRE

 Cuatro meses después,  la alegría se enturbió,  mi marido   recibió  la carta de  despido  después de 23 años de intenso trabajo.

 Mi trabajo, que hasta ese momento  era mi hobby, se convirtió en un compromiso  y obligación  para que mi familia siguiera  adelante sin notar la ausencia  económica.

 Mi trabajo de media jornada se convirtió en jornada intensiva, Por la mañana en un centro y por la tarde en otro; el trayecto  diario de 132 km  se convierte en el eslabón que  une  obligación con devoción.  Aún así doy gracias por lo que tengo día a día. Mi marido se queda en casa  atendiendo a los niños y quehaceres  cotidianos. Asumo mi  rol de PROVEEDORA ECONOMICA.

 Cuando llego a casa mis hijos me esperan  para darme  las buenas noches y cuando me despido de ellos por la mañana me preguntan  ¿mami vas a volver  de noche?; te quedas con el corazón triste pero  subes al coche  y  sigues la rutina , con ánimos y  deseándote  a ti misma energía   para sobrellevar el día.

 Un nuevo acontecimiento surge  en mi vida, mi hermano, después de una  dura lucha fallece de cáncer  y aún  sin decirle adiós,  mi madre sufre un ictus.

Cuanto dolor se siente cuando  esa persona  en un corto periodo de tiempo deja a tras  su mente y su medio  de comunicación, no  sabe quien eres, no reconoce lugares, no sabe  quien es…. Sigue pensando, pero no puede transmitir  sus pensamientos y de la mañana a la  tarde, pasa a ser una persona dependiente.  Depende de su familia  y del apoyo más importante, es mi  padre, la ayuda a levantarse y a  gestionar las cosas cotidianas  y básicas  de la vida.  Su mente se mantiene  ausente y cuando comienza  a salir de esa nube tienes que adivinar  que es lo que desea, que es lo quieres decir, porque ya no salen sus palabras.

 Te embarga un sentimiento  de rabia  pero la vida  sigue, el ritmo vital continua , así que hay  que cuidarla , apoyarla sin  cansancio, porque la  fuerza que nos une  es  simplemente  el AMOR, sólo AMOR.

Tengo que seguir trabajando, cuido de mis hijos, y lo que mas siento  es no poder dedicar más tiempo para mimarla, apoyarla,  a la persona que me ha dado el ser. El mundo se te derrumba  y algo dentro de  ti se rompe  cuando ves a esa persona  que te mira y no te conoce…. Asumo mi rol  natural de  CUIDADORA

 Te vuelcas  en todos  y para todos  pasando a un segundo plano tu  autorrealización,  la vida transcurre y te ves sin  tiempo  para leer un libro, silencio para disfrutarlo e incluso te miras en el espejo,…. Ya entrada la noche te dices  yo no soy así y quiero dedicarme más tiempo para mí.  El autocuidado es vital.

Me levanto pensado  y sobre todo aceptando  lo que la vida me da  y me siento afortunada por ser y por estar, Pero sobre todo dichosa  por ser MUJER CAPAZ.  

                                                                                                      Tere Martel  Pérez