La Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), miembro de Somos Pacientes, y la Fundación María Wolff han acreditado a la residencia ‘El Pino’ de Las Palmas de Gran Canaria como el primer centro residencial de nuestro país libre de sujeciones farmacológicas.

Como recuerda CEAFA, “más del 80% de los ancianos que ingresan en residencias tienen al menos un fármaco mal prescrito, dándose el caso de que en la mayoría de las veces se trata de psicofármacos. Una parte de estos psicofármacos pueden además estar pautados para manipular o limitar el comportamiento de los mayores”.

Y en este contexto, como explica Rubén Muñiz, director de investigación de la Fundación Maria Wolff, “a diferencia de las ataduras físicas, las sujeciones farmacológicas son muy difíciles de erradicar, porque no se pueden ver a simple vista y los tratamientos se pautan en el contexto del secreto profesional entre médico y paciente, circunstancia que dificulta el control de calidad externo”.

Sin ataduras químicas

La residencia ‘El Pino’, propiedad del Instituto de Atención Social y Sociosanitaria del Cabildo de Gran Canaria y gestionada por el Grupo ICOT, ha sido el primer centro en demostrar de una forma fehaciente que sus 190 mayores residentes son atendidas sin el empleo de sujeciones farmacológicas.

Como destaca CEAFA, “este trabajo de desatar químicamente a los residentes, realizado entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017, ha arrojado unos resultados sorprendentes. Se ha conseguido reducir drásticamente la prescripción de fármacos muy peligrosos para muchos residentes con demencias, llegando en algunos casos a eliminarlos totalmente”.

Concretamente, y según los resultados obtenidos en la residencia durante estos dos años, se ha reducido la administración de benzodiacepinas de un 65% a un 20%, disminución que en el caso de los neurolépticos ha pasado del 50% inicial a un 20%. Como alerta el doctor Javier Olazarán, director científico de la Fundación Maria Wolff, “estas dos familias de fármacos son las potencialmente más peligrosas, razón por la que estos resultados son de lo más satisfactorios”.

Así, “los grandes beneficiados de estos logros –apunta CEAFA– son los residentes que han mejorado radicalmente su día a día, dado que muchos de ellos ahora están más vivos y presentes. Con psicofármacos bien prescritos y sin sujeciones farmacológicas, los residentes pueden disfrutar más de las visitas de sus familiares, tienen un sueño más natural y pueden expresar mejor la esencia de su carácter y personalidad. En muchos de estos residentes ha mejorado su capacidad de comunicarse con el lenguaje con otras personas o ha mejorado su capacidad mental, antes mermada por algunos fármacos”.

Es más; todo este proceso de optimización del uso de psicofármacos vino acompañado de una eliminación total de ataduras físicas. Para ello, el Grupo ICOT tuvo que reorganizar una parte significativa de los procesos de la residencia, entre otros ajustar los horarios de acostado y levantado de los residentes a sus necesidades reales o aplicar terapias no farmacológicas en lugar de fármacos.

Fundación Maria Wolff ha acompañado al Grupo ICOT en todo este proceso, mientras que CEAFA, como entidad externa, ha podido auditar y acreditar los resultados.

– A día de hoy, 237 asociaciones de pacientes dedicadas a la enfermedad de Alzheimer son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?