Agifes, la asociación guipuzcoana de familiares y personas con enfermedad mental, inauguró ayer un nuevo centro de rehabilitación psicosocial en Donostia, que dispone de cerca de 350 metros cuadrados -incluyendo tres salas polivalentes y una cocina terapéutica- y acoge diariamente a una veintena de usuarios. El objetivo principal de esta estructura, en palabras de su responsable, Nerea Amunarriz, es “ofrecer a las personas con problemas de salud mental un espacio donde recuperar las capacidades y aptitudes que han sufrido un deterioro con la enfermedad, para que puedan llevar una vida normalizada”.

Jose Mari Irazusta, vicepresidente de esta asociación sin ánimo de lucro, expresó que contar con un centro como éste es una “muy buena noticia para Agifes”, y agradeció la aportación que han realizado a este proyecto Kutxazabal,la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de San Sebastián, ya que “han permitido hacer realidad esta magnífica estructura que tanto necesitaban nuestros usuarios”. Irazusta recordó que las personas con enfermedad mental que asisten a este centro acudían hasta junio de este año a otra estructura con la que cuenta Agifes en Loiola. No obstante, “el local estaba muy envejecido y no ofrecía las condiciones adecuadas para el trabajo de rehabilitación psicosocial”, afirmó.

Txelo Pérez, directora general de Atención a la Dependencia de la Diputación Foral de Gipuzkoa, aplaudió la “impresionante labor” que realiza Agifes, y ha resaltado que con el nuevo centro se ha ganado en “calidad y número de plazas, ya que en Loiola se atendía a 18 personas, mientras que en Buenavista hay espacio para22”. La responsable foral apuntó, además, al esfuerzo que está realizando esta institución por mejorar la asistencia a la salud mental. En la actualidad, existen nueve centros de estas características en Gipuzkoa, que acogen a 203 personas, y la Diputación abrirá próximamente uno nuevo en Arrasate, con 20 plazas.

Juan José Goya, director de la Fundación Kutxa, entidad que ha asumido los gastos de la obra, indicó que “el grado de avance de una sociedad se mide por el nivel de protección que ofrece a los más desfavorecidos”, y en ese sentido, alabó la “contribución de Agifes al bienestar y desarrollo de la sociedad guipuzcoana”.

Tere Barrenetxea, directora de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Donostia, felicitó a todas las entidades involucradas en este proyecto y e instó a Agifes a continuar trabajando con el empeño que ha demostrado hasta el momento.

 

AUTONOMÍA Y EMPODERAMIENTO DE LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD MENTAL
El vicepresidente de Agifes señaló que el equipo de profesionales de la asociación está trabajando para “dar un mayor protagonismo a las personas con enfermedad mental, para favorecer su autonomía y capacidad de decisión. En definitiva, nuestra principal meta es ayudar a que estas personas recuperen el control de sus propias vidas”.

“Somos conscientes de que la enfermedad mental está muy presente en nuestra sociedad, en muchas familias. Gipuzkoa registra 5.000 nuevos casos de trastorno mental cada año, y la cifra de personas atendidas anualmente en Euskadi asciende a 80.000, según un informe de Osakidetza de 2011. Pero más allá de las cifras, sabemos que hay muchas personas que aún no han dado el paso para pedir ayuda”, advirtió Irazusta.

A juicio del representante de Agifes “el estigma social de la enfermedad mental es aún una carga muy grande para muchas personas, y es algo que tenemos que superar entre todos”. En ese sentido, aludió a la apuesta que realiza esta asociación por hacer frente a los mitos y prejuicios que afectan a este colectivo, puesto que suponen “uno de los principales obstáculos en la recuperación de las personas con enfermedad mental”.

 

FUNCIONAMIENTO DEL CENTRO
Con los usuarios del centro se trabaja el desarrollo cognitivo y emocional, las tareas domésticas como por ejemplo cocinar, así como la práctica de deporte y la higiene personal. Además, existen convenios de colaboración con varias instituciones para que los usuarios pueden combinar su asistencia al centro con actividades en casas de cultura, bibliotecas, polideportivos, etc. “El paso por un centro de rehabilitación psicosocial como este es necesario para muchas personas que tienen una enfermedad mental. Salir de casa, relacionarse con otras personas y con su entorno, y acostumbrarse a las tareas cotidianas les ayuda posteriormente a acceder a otros recursos formativos o laborales”, aseguró Nerea Amunarriz.

Una de las principales ventajas del centro es su cocina terapéutica. Gracias a esta instalación, los usuarios “pueden aprender a elaborar de manera autónoma recetas sencillas y equilibradas, que sean prácticas para su vida diaria”, añadió Amunarriz.