El cáncer de laringe es el de mayor incidencia entre el grupo de tumores de cabeza y cuello. Se estima que en España, en donde se diagnostican diez casos cada día, se producen 3.725 al año (REDECAN). Esta patología afecta sobre todo a la población masculina debido a factores de riesgo como el tabaco y el alcohol. Los avances en los equipos de radioterapia han permitido una mejora sustancial tanto en el procedimiento como en la calidad de vida de los pacientes con esta patología.
En el cáncer de laringe la radioterapia es una alternativa terapéutica eficaz como asegura el Dr. Antonio Ristori, oncólogo radioterápico de GenesisCare y especialista en cáncer de cabeza y cuello: “Si el paciente está en estadios iniciales (T1,T2) la radioterapia tiene una clara intención curativa, y con ella puede evitar pasar por la cirugía. Los últimos estudios confirman que la radioterapia hipofraccionada (mayores dosis en menos sesiones de tratamiento) mejora la supervivencia en este tipo de pacientes”.
Según un estudio publicado recientemente en la revista Journal of the Nacional Cáncer Institute, en el que han participado más de 10.000 pacientes de EEUU a lo largo de diez años, el hipofraccionamiento en carcinomas de laringe en estadios I y II tiene como beneficios el aumento de la sobrevida del paciente. Se estima que el aumento de la supervivencia a los 5 años para pacientes con cáncer de laringe en estadio T2 es de 70,8% cuando se le aplica un tratamiento con radioterapia hipofraccionado, pero se reduce a un 64,5% si se administra radioterapia convencional.
Concentrar el tratamiento en 28 a 30 sesiones en vez de las 35 habituales se considera en la actualidad uno de los principales avances en el abordaje de este patología. “El hipofraccionamiento se va incorporando cada vez más a la práctica clínica porque se ha demostrado que la misma toxicidad, o efectos secundarios, y que se alcanza mayor control de la enfermedad con respecto a la radioterapia convencional”, considera el Dr. Ristori.
En la actualidad, la técnicas más empleadas en los tumores de laringe son la IMRT (Radioterapia de Intensidad Modulada) que permite adaptar de forma muy precisa la radiación a la forma del tumor, evitando dañar a los órganos sanos próximos como la médula y la glándula parótida, y la IGRT (Radioterapia Guiada por Imagen) con el que se consigue reducir al máximo la dosis de radiación que llega a los órganos sanos que rodean el tumor.