La Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (Federación ALCER), miembro de Somos Pacientes, ha puesto en marcha, junto con la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN) y la Sociedad Española de Trasplante (SET), la campaña ‘Donar es recibir’ con el objetivo de incrementar el número de donantes vivos de riñón, cifra que a día de hoy supone únicamente el 12% –y no un 50% como en Estados Unidos o algunos países del norte de Europa– de toda la actividad de trasplante renal.
Nuestro país lidera desde hace años el ranking mundial de trasplantes. Pero fundamentalmente por donaciones de cadáver y no tanto de vivos. Y, como recuerda Alejandro Toledo, presidente de la Federación ALCER, «si bien España es líder mundial en donación de cadáver, un buen sistema de trasplantes debe desarrollar también la opción de donación en vida».
El perfil del donante ha cambiado
Además, la disminución de los accidentes de tráfico ha determinado un cambio en el perfil del donante. Y es que hoy en día no viene caracterizado por un joven que ha perdido la vida en la carretera, sino por una persona mayor que ha fallecido por un accidente cerebrovascular y cuyos órganos, dada su edad, tienen ya un cierto grado de arteriosclerosis.
Como apunta el Dr. Manuel Arias, presidente de la SET, «sin que tengamos un problema cuantitativo exagerado, los jóvenes que están en diálisis –menores de 40 o 50 años– no tienen una facilidad de emparejamiento aceptable, lo que hace que necesitemos donantes para un número de pacientes más jóvenes y que necesitan un tipo de donante diferente de los que se están obtenido en la actualidad».
Faltan 2.000 donantes
En España se realizan cada año cerca de 2.000 trasplantes renales. Es decir, la mitad de los 4.000 requeridos anualmente. Por ello, resulta fundamental aumentar las donaciones de vivo, que solo es posible el caso del riñón y, en menor medida, del hígado, para reducir las listas de espera.
Es más; los pacientes que reciben la donación de una persona viva tienen una mayor supervivencia que aquellos que lo han recibido de un fallecido. La razón, como explica el Dr. Ignacio Revuelta, representante de la SEN, «obedece a que los donantes vivos tienen unos tratamientos preventivos que consiguen mejorar el estado del riñón que va a ser donado, mientras que en el caso de los cadáveres la donación se tiene que hacer de manera inmediata«.
A todo ello se aúna, como destaca la Dra. Nuria Saval, de la Unidad de Trasplantes de la compañía farmacéutica Novartis, colaboradora en la campaña, «que el trasplante de donante vivo puede ser una modalidad que ‘ahorra’ un tratamiento de diálisis y, por tanto, mejora la calidad de vida del trasplantado; por ello, con esta campaña queremos transmitir la sensación de que no sólo se beneficia el donante y el trasplantado, sino también todo el entorno familiar«.
Crece la donación en vida
A día de hoy, las expectativas son ciertamente prometedoras. No en vano, como destaca Alejandro Toledo, «entre los años 2010 y 2011 ya se ha registrado un incremento de un 30% en la donación en vida«.
Sin embargo, y como ha recordado Maribel Delgado, representante de la SEDEN, debe tenerse en cuenta que «no todas las personas pueden ser donantes en vida, ya que está prohibido este acto a los menores de edad, a aquellos que tienen un problema renal o cardiovascular o un peso elevado e, incluso, a aquellos pacientes con alguna deficiencia física o mental que impida que den libremente su consentimiento».
– A día de hoy, 27 asociaciones de pacientes dedicadas a los trastornos del riñón y de las vías urinarias son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?