‘Equidad en el sueño para la salud global’. Ese es el lema elegido por la World Sleep Society (WSS) para el Día Mundial del Sueño, que se celebra el tercer viernes de marzo, una fecha que muchas organizaciones han aprovechado para poner sobre la mesa problemáticas que surgen alrededor de las personas que no duermen lo que deberían.
Por ejemplo, desde la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (Fesmes) se asegura que España es el primer país del mundo en consumo de medicamentos para dormir. Se calcula que unos 5 millones de personas están siendo tratadas para lograr un descanso reparador.
Desde el punto de vista de Carlos Egea, presidente de Fesmes, es necesario que el sueño no sea considerado una pérdida de tiempo. Al contrario, debe considerarse un factor de gran importancia que nos ayuda a tener una mejor salud. Y es que diversos estudios indican que dormir poco disminuye la respuesta efectiva ante las vacunas.
Para lograr mejores resultados en este campo, es pieza fundamental la formación y la educación de pacientes y profesionales sanitarios en cuanto a la higiene del sueño. Pero también un cambio social: Ana Teijeira Azcona, neurofisióloga clínica y coordinadora de los actos en España en este Día Mundial, ha recordado que no todas las personas tienen las mismas oportunidades de conseguir un sueño reparador debido a situaciones estresantes como la precariedad laboral, la situación económica o los malos ambientes familiares. O incluso por el cambio climático y la transformación de las temperaturas a las que estamos acostumbrados.
“Si nos acostamos todas las noches preocupados por tener una carga de trabajo insoportable, o porque no llego a fin de mes, o porque tengo una gran incertidumbre sobre mi futuro, los mecanismos implicados en el sueño no van a poder funcionar correctamente, dado que vamos a estar mandando señales a nuestro cerebro para que permanezca despierto para solucionar estos problemas”, ha indicado la neurofisióloga.
Insomnio en jóvenes
Otro trabajo que se ha presentado recientemente es el estudio ‘¿Cómo duermen los jóvenes? Hábitos y prevalencia de trastornos del sueño en España’, publicado por la Fundación Mapfre en colaboración con la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Sociedad Española de Sueño (SES). Según éste, el insomnio crónico está creciendo notablemente entre los jóvenes. De hecho, sólo un 24% de los que tienen entre 18 y 34 años reconoce dormir lo suficiente (7 horas o más), aunque lo consideran tan importante como cuidar la alimentación o practicar ejercicio físico.
Por otra parte, recoge datos más graves, como que el 15% han sufrido un accidente de tráfico derivado del cansancio. Además, el 50% tienen dificultades para levantarse por las mañanas y otro 50% necesita cafeína para mantenerse despierto. En esto tiene mucho que ver el uso de dispositivos electrónicos antes de irse a la cama, un hábito que comparte más del 80% de los encuestados. Pero también con la salud mental: casi el 30% tiene una patología diagnosticada, especialmente ansiedad y depresión.
Teniendo todos estos factores en cuenta, plataformas como Alianza por el Sueño, en la que participa Fesmes y otras organizaciones como el Foro Español de Pacientes, han reclamado una estrategia nacional del sueño que ayude a dar solución a estas problemáticas. Que a su vez derivan en problemas de salud graves, como enfermedades cardiovasculares y metabólicas, entre otras.
Sueño y migraña
Dormir bien también es eficaz para el manejo de la migraña, algo de lo que se ha hablado en la XIII edición de Cefabox, un encuentro científico sobre cefaleas organizado por AbbVie. Según aseguró en el encuentro Nuria González, médica especialista en neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, los trastornos del sueño y la migraña “comparten una relación compleja y bidireccional”.
González añadió que los pacientes con migraña que acuden a su consulta aseguran que la falta o exceso de sueño pueden desencadenar una crisis. No sólo eso, también que los trastornos del sueño son una de las causas de cronificación de la patología. Por eso, para tratar la migraña primero hay que hay que abordar esas problemáticas que aparecen a la hora de dormir, incluyendo el insomnio, el síndrome de piernas inquietas y el bruxismo.