La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), miembro de Somos Pacientes, y la Universidad de Valladolid (UVa) han firmado un convenio de colaboración para el desarrollo, gracias a los 56.000 euros que aportará la Asociación durante los próximos tres años, de un proyecto de investigación sobre el cáncer de tiroides.
Como explica la Junta Provincial de Valladolid de la AECC, “con este proyecto se pretende identificar y caracterizar aquellas alteraciones moleculares presentes en las células de los carcinomas papilares de tiroides avanzados, metastásicos, refractarios al yodo radioactivo, con mutaciones en el gen BRAF, que determinan que la respuesta observada en el tratamiento con sorafenib no sea lo satisfactoria que cabría esperar”.
Identificación de bimarcadores
Concretamente, la partida se incluye en la tercera convocatoria para la adjudicación de Ayudas Predoctorales en Oncología que promueve la junta vallisoletana de la AECC y ha sido concedida al proyecto ‘Heterogeneidad molecular intra-tumoral y sub-clonalidad de BRAFV600E en carcinomas papilares de tiroides de curso clínico agresivo, metastásicos, resistentes a radioyodo. Implicaciones en la respuesta/resistencia al tratamiento con los nuevos inhibidores de tirosina kinasas (ITKs)’ que llevará a cabo la investigadora Noa Feás Rodríguez bajo la dirección de la doctora Ginesa García-Rostán.
Como apunta Noa Feás Rodríguez, “en estos tumores, la proteína BRAF, que es una de esas proteínas cinasa, está activada constitutivamente como consecuencia de una mutación en el gen del mismo nombre. La activación de BRAF confiere a las células malignas una autosuficiencia en las señales de crecimiento, que se traduce en una proliferación incontrolada de las mismas, independientemente de que les lleguen o no estímulos en ese sentido”.
Así, la investigadora realizará un minucioso mapeado molecular de diferentes sub-poblaciones de células tumorales con origen en un mismo tipo celular, para así colaborar en la identificación de biomarcadores moleculares fiables que se puedan analizar y dosificar fácilmente en la práctica clínica diaria mediante la utilización de procedimientos no invasivos.
Como concluye Noa Feás Rodríguez, “el objetivo es identificar unos biomarcadores que permitan a los oncólogos y endocrinólogos anticipar la respuesta terapéutica a sorafenib, discriminando entre pacientes respondedores y no respondedores; predecir el curso clínico del paciente; y administrar terapias personalizadas, racionalmente diseñadas, ajustadas al perfil molecular de cada paciente”.
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